Título original: Vivarium. Año: 2019. Género: Ciencia ficción. País: Irlanda. Dirección: Lorcan Finnegan. Guion: Garret Shanley (Historia: Lorcan Finnegan, Garret Shanley). Elenco: mogen Poots, Jesse Eisenberg, Jonathan Aris, Olga Wehrly, Danielle Ryan, Duración: 1 hora 37 minutos
“Vivarium” parte de una situación ordinaria que pudiera parecer normal y muy cotidiana como la búsqueda de una casa por parte de una joven pareja en una inmobiliaria. Luego las cosas se tornan extrañas cuando el agente los lleva a una peculiar urbanización donde todas las casas son idénticas.
Allí este los abandona y, al ellos intentar salir de la misma, se dan cuenta de que nunca podrán lograrlo. Sus sospechas son aún mayores cuando van analizando las verdaderas motivaciones por la cual deben permanecer en este misterioso lugar.
De esta manera su trama gira hacia los extraños terrenos de la ciencia ficción acompañada del terror, apreciación que siempre está dirigida a no explicar mucho de lo que está sucediendo ni de las verdaderas intenciones de aquellos seres que han metido a esta joven pareja en este laberinto impoluto de casas gemelas.
Una vez allí la pareja va recibiendo periódicamente sus alimentos que vienen en unas cajas, pero también a un bebé para su crianza, factor que los obliga a cumplir con tal misión, pero a sabiendas que el crecimiento acelerado de este ser define que están tratando con elementos extraños que no pueden descifrar.
Dentro de esto los personajes de Tom (Jesse Eisenberg) y Gemma (Imogen Poots), se convierten en los incautos de esta dimensión desconocida que los hunde dentro de un espacio de chirriante monotonía.
Lorcan Finnegan, después de su debut con “Without Name” (2016), intenta introducirse en esta maraña argumental en la que ofrece más detalles ocultos de lo que revela la misma película.
Como su ambientación, un cuadro impecable de simetría de escenario donde lo monocromático se perfila como una esencia asfixiante donde la rutina se convierte en el agotamiento físico y psicológico para estos personajes centrales.
Con ciertos ecos de “The Stepford Wives” (Frank Oz, 2004) o “Edward Scissorhands” (Tim Burton 1990) o de aquella famosa serie televisiva “The Twilight Zone”, este filme recorre por unos caminos que, al parecer, nunca quedan agotados pues su garantía para plantear discursos sobre la alegoría del sueño americano, la paternidad y la idea de que otros puedan utilizarte como parásitos en la escala de supervivencia pura y simple, deja clara señales de su interés de hurgar sobre estos temas.
“Vivarium” es un cine de alta apuesta, de provocación y de un sentido de la correcta utilización de los componentes del lenguaje fílmico para hablar de propuestas simbólicas de realidades contemporáneas.