No se asusten si la idea de este filme parece descabellado como mucho otros que han dañado muchas pantallas cinematográficas.
La idea viene de la adaptación de la novela gráfica de Fred Van Lente y Andrew Foley que había pasado por varios estudios en los últimos diez años hasta que finalmente el máximo productor Steven Spielberg, junto a Ron Honrad y Brian Grazer, unificaron sus criterios y la llevaron a cabo.
A parte de su historia, el público no pasará desapercibido que la misma posee un duelo actoral entre Daniel Graig -conocido más recientemente por su personaje de James Bond-, y a Harrison Ford el actor que ha caracterizado a uno de los míticos personajes del cine como lo es Indiana Jones.
Con estos dos intérpretes el filme presenta a Jake Lonergan, el personaje que interpreta Craig, cuando llega a Absolución sin la menor idea de quién es, y con un misterioso brazalete colocado a su muñeca.
El aparato explicará después su función cuando el pueblo es atacado repentinamente por unas naves alienígenas que raptan a casi todos sus habitantes.
Harrison Ford, quien interpreta a Wood-row Dolarhyde, el adinerado general que controla el pueblo, se ve sometido a tener que buscar ayuda contra estos invasores puesto que su propio hijo ha sido también raptado.
A partir de este hecho inicia la empresa de combatir a los mismos con la tecnología del siglo XIX de Oeste americano.
La cinta compensa algunas malas apreciaciones que pueda tener por parte del público, puesto que su realización conlleva tener un ritmo que no desanima y que puede entretener sobre la marcha.
El director Jon Favreau, responsable de las dos partes de “Iron Man”, hace uso de las marcas de ambos géneros para hacer un a mezcla que por lo menos cumple con lo mínimo requerido.