Tomada de una obra referencial de la literatura anglosajona de la última década, que a su vez, marca el debut de Lionel Shriver “Tenemos que hablar de Kevin” narra la relación de Eva quien lleva una vida aburrida, casada desde hace años, quien decide después de los cuarenta tentar la suerte y tener un hijo.
Lo que al parecer puede resultar una felicidad para esta pareja, se va convirtiendo en una especia de laberinto emocional donde Eva no logra conectar luego con su pequeño hijo de nombre Kevin.
Pues este Kevin se presenta durante su desarrollo en un ser que no le importa los favores de esa clase media acomodada que a veces puede poseer algunos espacios para la felicidad.
Lo extraño es que esa relación madre-hijo se convierte en una relación amor-odio que consecuentemente explotará, durante la adolescencia de Kevin, en un comportamiento psicópata protagonizando un episodio de matanza que consterna los cimientos de la clase media estadounidense.
La directora escocesa Lynne Ramsay (Morven Callar, 2002) entrega un filme que no le importa hablar de ciertos temas escabrosos. Con un estilo parecido a Gus Van Sant (el poeta de la inconformidad), ella no enjuicia a sus protagonistas y en especial a Kevin. Por eso lo despoja de toda traición mecánica que impida a los espectadores ver su psicopatía producto de muchos factores aún no determinados por la ciencia.
Con unos determinados “flashback” se avanza en su narración armando el complejo cuadro de Kevin y su madre. Tilda Swinton como Eva se despacha de un personaje ambiguo y metódico que entraña muchas dificultades existenciales.
Kevin representa ese enigma social de porqué un joven estadounidense decide entrar a una escuela e iniciar una matanza injustificada.
El filme se presenta con una fotografía donde predomina el rojo en todo momento, planteado desde esa escena inicial donde Eva disfruta de esa famosa fiesta valenciana de las tomatinas. Así su narrativa se carga cada vez más de ese elemento simbólico de sangre y verdad.
“Tenemos que hablar de Kevin” es un cine reflexivo que ofrece mucho para hablar y discutir, a propósito de Kevin.