Quizás lo mejor que le pudo pasar a esta serie es haberla llevado hasta una nueva dimensión en los términos estructurales. Este “reboot” facilitó introducir elementos más dinámicos y presupuestos argumentales que se adaptaran a la apreciación de las nuevas audiencias.

Este material argumental concebido originalmente por Eugene Gene Wesley Roddenberry  de quien hemos heredado esta larga serie de Star Trek, a mi entender, la mejor serie de ciencia-ficción, es el mejor ejemplo de una propuesta que combina los presupuestos científicos con el entretenimiento.

Después de la exitosa renovación de la serie, al parecer, la misma continuará su periplo en el cine contando con la garantía de su nuevo elenco y con la pericia del director J.J. Abrams (Misión Imposible, 2006).

Star Trek: en la oscuridad presenta un panorama como su mismo título indica: más oscuro que su antecesora por el mayor nivel de dramatismo y suspenso.

El trabajo argumental de Roberto Orci y Alex Kurtzman se centra en varios aspectos que mueve su línea narrativa por varios caminos. Por un lado, se encuentra el enfrentamiento de la tripulación de un enemigo interno, pero también en la relevación de unos secretos que impactan la misión.

Junto a esto se plantea el reforzamiento de la amistad y confianza entre los personajes de Kirk y Spock, piezas fundamentales en la que se apoya el argumento. También se deja subraya aún más la relación romántica entre Spock y Uhura.

Entre lo demás se encuentra su parafernalia estética siempre bien cuidada y que sigue siendo la mejor garantía para preservar el espectáculo formal del filme, con sus predicados respondiendo siempre a las directrices de una industria que busca el valor del filme en términos comerciales.

Nuevamente, en esta misión, la Tierra está sumida en el caos por varios acontecimientos que amenazan a la Flota Estelar. Todo se concentra en resolver este problema, pero con consecuencias donde unos ganarán y otros perderán.

Un filme disfrutable como espectáculo donde la ciencia es apartada un poco para hacer concesiones comerciales en favor de conquistar la mayor cantidad de público.