La hija aventajada del gran director Francis Coppola, la Sofía, ha dejado una interesante impronta en su corta carrera como directora por los temas personales que ella ha abordado. “Perdidos en Tokio” o “Vírgenes suicidas” o “María Antonieta” han sido pruebas de su talento.

Ahora se decanta por narrar una historia que tangencialmente ha sido parte de sus vivencias por la cercanía a su progenitor. El mundo de Hollywood es esta vez su justificación para explorar desde su óptica personal, la historia de Johnny Marco, una mega estrella de la actuación con fama de tipo rudo que vive en el lujoso hotel Chateau Marmont de Hollywood, rodeado de mujeres, fiestas y compromisos de producción.

Pero su vida se ve girada cuando tiene que hacerse cargo de su hija de 11 años que, entre otras cuestiones, tiene esta vez que lidiar con su rol de padre. La cercanía con su hija lo obliga a descender de su burbuja de fama y aterrizar a lo más real que posee, sin tener que aparentar de mega estrella y ser sólo él.

Sofía, a través de este personaje, construye toda una metáfora cuasi existencial de aquellos actores dedicados al oficio que tienen que lidiar con este asunto cada minuto de sus vidas.

Para esto se vale de la posición de una cámara y la utilización de planos largos para dirigir la atención del público hacia este aspecto. La escena inicial de Marco manejando su vehículo en círculos es una prueba de su intención.

Otro detalle para construir la personalidad de Marco y lo que está sucediendo en su vida es la escena de la rueda de prensa, cuando le preguntan quién es Johnny Marco, a lo cual él se queda sin responder.

Esta serie de detalles y otros más que se dejan caer en su narrativa, son los que hace de “Somewhere” una interesante exploración al tema de la fama. Y el mismo se hace aún más justificable por su experiencia personal.