Título original: Red Sparrow. Género: Thriller. Dirección: Francis Lawrence. Guión: Justin Haythe (Novela: Jason Matthews). Reparto: Jennifer Lawrence, Joel Edgerton, Jeremy Irons, Charlotte Rampling, Mary-Louise Parker. Duración: 2 horas 19 minutos. Clasificación: + 14 años. País: USA
La novela de espionaje de Jason Matthews es llevada a la pantalla por Francis Lawrence (Los juegos del hambre, 2013) con el convencimiento de que puede interesar a un público que quizás tienda a salir decepcionado si se piensa que las películas de espías de la Guerra Fría aún pueden ser atractivas.
Y la verdad es que solo interesará este tipo de tema si se le combina con algunas variantes de estructura moderna que encaje con el ritmo actual de las películas de acción. Por esto Jason Bourne se convirtió en un fenómeno de taquilla porque tuvo la garantía de explorar el lado más dinámico de las propuestas de este subgénero.
El caso más reciente es cuando se tuvo a Charlize Theron protagonizar una variante femenina en la explosiva “Atomic Blonde” (2017) de David Leitch donde supuso un paso importante de construcción de una nueva imagen del rol femenino en las cintas de acción.
Ahora, contando con el arraigo que posee Jennifer Lawrence, tras el éxito de la saga “Los juegos del hambre”, se quiere proseguir con el tono cuando la integran a una cinta de espionaje convencidos de que puede resultar atractivo para la audiencia.
“Operación Red Sparrow” se fija en el personaje de Dominika Egorova quien es reclutada contra su voluntad para ser para ser una espía al servicio del gobierno ruso. Dominika aprende a utilizar su cuerpo como arma, pero está determinada a seguir sus instintos y conservar su integridad como persona.
Este mundo de espías, traiciones y complots se convierte en parte de su nueva vida, donde ella tiene que enfrentar las complicidades del alto mando, rompiendo ciertos esquemas para poder sobrevivir a todo esto.
El problema de esta cinta es que vende lo que no se percibe en su superficie. No llega a conjugar los beneficios de una cinta de acción, pero tampoco profundiza en las determinaciones de una historia que se sustenta más en los diálogos que en una narrativa dinámica.
La primera parte se concentra demasiado en los rigores de su entrenamiento dilatando mucho la entrada al perfil de la acción (aunque poco) y agota las expectativas que el público pudiera haber tenido de la película.
Por esto todo su discurrir se somete a las intrigas provenientes de las acciones de los personajes, dejando a un lado un gran potencial para definirse como un contenido más atractivo.
Todas las apuestas y sustento están focalizadas en la presencia de Lawrence quien, por lo menos, motiva a acompañarla por estos entuertos narrativos, sin que esto signifique mucho para entusiasmarse por la trama.
Su aspecto favorable es su diseño de producción y presentación de las locaciones en donde se desarrolla la historia en lugares de Hungría, Viena y Londres ofreciendo elementos del cine negro y manifestándose con una sobresaliente factura visual.