Título original: Mulán. Año: 2020. Género: Drama. País: USA. Dirección: Niki Caro. Guion: Michael Almereyda. Elenco: Liu Yifei, Donnie Yen, Gong Li, Jet Li, Jason Scott Lee, Rosalind Chao. Duración: 2 horas
La adaptación con personajes reales que ofrece esta vez la casa Disney de su clásico animado de 1998 titulado “Mulán” era su carta más significativa de esta temporada la cual abrigaba muchas esperanzas de llevar a millones de espectadores a las salas de cine, cuestión que no pudo ser posible.
El estado sanitario en que se vive obligó a Disney entonces a estrenarla, a través de su plataforma streaming Dinesy Plus, aplicando un nuevo modelo de distribución y exhibición que posiblemente se convierta en la nueva regla industrial por lo menos en el corto plazo hasta que las señales de contagio vayan bajando a niveles controlables.
Mulán, una de las heroínas significativas de las nuevas reorientaciones políticas de Disney, es quizás el ejemplo de que las variantes hechas a los personajes femeninos de la casa de animación le han rendido frutos muy importantes tanto en su captación de un nuevo público como de seguir en la supremacía conceptual y argumental de las historias que ofrece.
Mulán es la heroína asiática que intenta ganarse la benevolencia de las audiencias al asumir los patrones universales de la determinación de un personaje que deben asumir una misión personal, pero que a su vez tiene implicaciones familiares y sociales.
Hua Mulán, la hija mayor de un condecorado guerrero, decide ocupar el lugar de su padre enfermo, haciéndose pasar por un hombre, se enfrenta a constantes desafíos que la obligan a aprender a canalizar su fuerza interior y a aceptar su verdadero potencial.
El esquema está servido con todas y sus fórmulas del viaje épico del personaje que hábilmente la directora Niki Caro (North Country, 2005) sabe hilar dentro de un tejido donde no faltan las retribuciones que se le pueden otorgar al personaje y a las demás cuestiones fundamentales que adornan a la historia como sus paisajes, el dibujo de algunos personajes secundarios y la trayectoria sin desvíos de la misión de Mulán.
Después de un polémico casting fue escogida la joven actriz Yifei Liu quien ya había hecho algunos escarceos en algunos títulos como en el filme “The Forbidden Kingdom” (Rob Minkoff, 2008). Ella le impregna cierta determinación a su personaje y, además, queda dentro de la medida correcta en la interpretación de un personaje asiático.
Perdiendo alguna que otra inocencia del animado, aunque ganando en vitalidad expositiva, “Mulán” se desliza por un terreno prefabricado que no le cuesta mucho esfuerzo en ser llamativa.
Su ambientación se vale de unos impresionantes paisajes que le sirven de marco para delimitar su acción dentro de un contexto fértil para la ventura y la acción. Aquí la fotografía de Mandy Walker (Australia, 2008) pinta de colores muy fuertes en las escenas de las luchas y suaviza la luz en los momentos de reflexión del personaje principal.
A esto,la música de Harry Gregson-Williams (Las crónicas de Narnia, 2005) introduce notas significativas dentro de cada escena y trae algunas reminiscencias por ejemplo del tema “Reflection”.
Sin ser muy apabullante, “Mulán” se mantiene en la correcta sintonía de ser una historia de aventura que maneja los resortes clásicos del género y que puede ser atractiva para una audiencia que no le exigirá más allá de lo que propone.