Título original: Mother! Género: Thriller. Dirección: Darren Aronofsky. Guión: Darren Aronofsky. Reparto: Jennifer Lawrence, Javier Bardem, Michelle Pfeiffer, Ed Harris, Domhnall Gleeson. Duración: 2 horas. Clasificación: + 18 años. País: USA

Anárquica, provocadora y visceral. Tres adjetivos que pueden definir un poco lo que es “Madre!”, última pieza fílmica del director Darren Aronofsky quien el 1998 hizo retumbar los odios de la crítica con una particular cinta llamada “Pi”.

De cualquier manera, Aronofsky ha llevado una filmografía donde sus ideas no han sido censuradas ni por la crítica ni por el público, más bien han permitido que se conozca el mundo interior de uno de los directores contemporáneos más interesantes.

Entender el entuerto argumental depositado en “Madre!”, es someterse al ejercicio de las lecturas múltiples que pueden provocar un filme de esta categoría, donde la esfera epidérmica del filme se apoya en alegorías al propio comportamiento humano y la obsesiva inclinación hacia el caos.

El director plantea una historia que de entrada no representa ningún peligro para el público (al menos en el principio), pues se muestra apacible y hasta convencional.

La misma parte de que en una casa apartada de la ciudad vive un poeta junto a su esposa quien está embarazada. El, al parecer, tiene uno de esos momentos de poca creatividad intelectual. Una noche permite a un hombre dormir en su casa, pero que detrás de este viene su esposa (magníficos Ed Harris y Michelle Pfeiffer) haciendo que la situación vaya cambiando en la medida que otras personas son permitidas entrar al espacio íntimo de esta pareja creando un ambiente cada vez más extraño y surreal.

El filme, en su discurrir, se viene como una avalancha de ideas y reflexiones que no se pararán hasta su final (al menos eso parece) pues todo empezará de nuevo, marcando la indefectible idea de lo circular en la existencia.

Aronofsky cubre todo el filme de simbolismos, tratando de romper los modelos semánticos ancestrales que han tratado de definir a la humanidad con la virtud y la desgracia puestas en un mismo plano.

El personaje de Javier Bardem es una pieza rebelde dentro del filme, sin comprensión alguna, pero que aporta un sentido de revelación importante. El personaje de Jennifer Lawrence se descubre como un símbolo de esa madre tierra con su fruto a punto de ser sacrificado.

Toda la idea se redondea a través de un camino tortuoso donde la religiosidad, el fanatismo, el orgullo y la insensatez hacen que sus personajes principales tengan que transitar hasta el final de la historia (si podemos decir que este filme tenga un final conclusivo), pero que, a su vez, se manifieste como una gran metáfora.

Por eso su tercer acto se hace tan caótico como feroz donde todo se descompone, pero a la vez nace una nueva oportunidad de restablecimiento de los orígenes.

“Madre!” es un filme que no permite quedarse estático, pasivo. Se odia o se venera. Y esta es la idea que tiene que buscar un realizador que no teme expresar sus ideas por menos prácticas que parezcan.