Este filme fue parte de la cartelera del Festival de Cine Internacional Fine Arts y que posiblemente fuera uno de los más visto por el público.
Pero el hecho de que sea haya sido popular entre el público no significa que sea un filme extraordinario.
La cuestión es que su historia, manejada en clave de telenovela, propone un relato con una historia tan enrevesada que es digna de los mejores culebrones televisivos.
La misma se centra en un niño cuya madre adicta lo abandona por algunos días por estar con su amante. Este hecho hace que su amiga lo rescate y se lo lleve a una pareja de homosexuales para que lo cuiden.
De esa misma manera su madre es forzada a entrar en rehabilitación, mientras su amante un traficante de drogas, ve en el niño un negocio si lo vende a un matrimonio que acaba de perder a su bebé.
A su vez la madre huye de la clínica para recuperarlo y las autoridades tratan de ingresarlo a un orfanato para protegerlo.
Mientras la amiga de ella, quien es lesbiana, quiere tener un hijo con su amante y le solicita a su hermano que le done esperma para tal objetivo, a lo cual él se rehúsa.
Tantos componentes dramáticos para un filme de casi dos horas de duración determinan una saturación de temas llegando incluso a la acusación de la pareja de homosexuales de ser parte de una red de prostitución infantil, cuestión que se resuelve, empujando la resolución final hasta que todos los personajes tengan de una forma u otra su lección.
Todo este barullo dramático propuesto por su realizador Gustavo Loza admite su capacidad para enredar todo. Su tema central es la homosexualidad dentro de una sociedad que lo admite a medias, pero junto a esto propone la idea de que una pareja de homosexuales tengan la capacidad de crianza de un niño. Esto hace girar la historia y colocarla en un nivel diferente.
Pero el edulcoramiento de los personajes, especialmente el del niño, no permite su adecuada sensibilización ante el tema.
“La otra familia” es un filme forzado a declarar una posición discutible, aunque cada autor tiene el derecho de defender su posición argumental ante todo.