Título original: La odisea de los Giles. Año: 2019. Género: Comedia. País: Argentina
Dirección: Sebastián Borensztein . Guion: Sebastián Borensztein, Eduardo Sacheri (Novela: Eduardo Sacheri). Elenco: Ricardo Darín, Luis Brandoni, Chino Darín, Verónica Llinás, Daniel Aráoz. Duración: 1 hora 56 minutos
Con “La odisea de los Giles” el cine argentino demuestra que se puede hacer cine para las masas y con un resultado de calidad que subraya que en la cinematografía latinoamericana las películas nacionales logran colarse entre las más vistas en cada país.
Este ha sido el caso de esta apuesta que se ha convertido en la más taquillera cinta en Argentina de los últimos años. Y es que su historia juega con esa idea latente y además controvertida dentro de la agenda públicade hacer justicia por mano propia.
Aunque la venganza aquí puede resultar un aliciente tanto para los personajes como para el público que sobrepasa cualquier crítica malsana, esta se convierte en un terreno de conexión entre historia y espectador.
A fines del 2001, en la provincia de Buenos Aires, un grupo de amigos y vecinos pierde, en el llamado “corralito”, el dinero que había logrado reunir para reiniciar una vieja cooperativa agrícola. Entre las medidas tomadas por el presidente Fernando de la Rúa fue disponer la limitación del retiro en efectivo depositado en las entidades bancarias por parte de los titulares de las cuentas.
Al poco tiempo, descubren que sus ahorros se perdieron por una estafa realizada por un inescrupuloso abogado y un gerente de banco que contaban con información de lo que se iba a desencadenar en el país. Esto mueve, entonces, toda la siguiente trama que se concentra en el plan de recuperación del dinero robado, contando con un minucioso plan para lograrlo.
Sebastián Borensztein (Un cuento chino, 2011) toma la novela de Eduardo Sacheri, también coautor del guion, y demuestra su buen manejo del protagonismo repartido en la que todos los actores y actrices que intervienen en la historia, poseen los tiempos necesarios para que cada uno de ellos desarrollen sus personajes.
Esto independiente de la fuerte presencia de Ricardo Darín quien se hace acompañar de su hijo ChinoDarín. Ambos desarrollan una mutual académica para fortalecer cada uno sus respectivos personajes.
Un drama con tintes de buena comedia que recurre a ese cine de fórmula, pero que no llega a esquematizar la trama, más bien la deja fluir según las circunstancias que propone la misma historia. Una cinta amena donde algunas escenas funcionan por el dibujo de los personajes y en la que su intensidad y dimensión encuentran el motivo emocional adecuado.