Título original: Nymphomaniac Vol 1. Género: Drama. Dirección: Lars von Trier. Guión: Lars von Trier. Reparto: Charlotte Gainsbourg, Stellan Skarsgård, Stacy Martin, Shia LaBeouf, Connie Nielsen y Christian Slater. Duración: 1 hora 57 minutos. Clasificación: + 18 años. País: Dinamarca.

Al polémico director danés Lars von Trier (Los idiotas, Dogville, Melancolía, Antichrist), le ha preocupado siempre la búsqueda de las respuestas a cuestiones fundamentales como el sexo o la fe.

Ahora Trier busca respuesta a la famosa pregunta de Freud: ¿Qué es lo que busca una mujer? Sin encontrar refutaciones satisfactorias, el realizador se lanza de todas maneras a un abismo profundo donde, al parecer, no tiene límites.

Su estilo se decanta por una única intención que es la de captar el interés del público por un tema que seguirá siempre atentando contra la moral y principios de muchos realizadores.

No sé si su intención es la de contar las veleidades de una ninfómana que, tras ser rescatada en una fría noche invernal por un viejo solterón, inicia una lectura en retrospectiva de su propia vida.

Desde este momento se construye un relato que, a modo de diario, la propia víctima va relatando su pasado promiscuo o de liberación sexual, iniciado desde su adolescencia.

Paralelo al contexto narrativo de la protagonista, fluye otro discurso que apunta a lo meramente filosófico dado a través del personaje de Stellan Skarsgård quien siempre posee una aclaración pertinente a lo sucedido por la mujer vinculado a la historia, la música o la simple disquisición del arte de la pesca.

Sin ser estéticamente subliminal, el filme recorre ciertos pasajes menos dogmáticos, apoyado por una narrativa convencional y un uso de planos regulares.

Para su estreno comercial se dividirá en dos partes. Hay una versión completa de cinco horas y media que sólo se verá en ciertos actos culturales. Pero la versión llegada al cine local posee una duración no tan convencional que, incluso, no fue de la aprobación por parte del director.

Este primer volumen es tan solo la punta de un iceberg que el propio director profundizará más adelante, dejando constancia de que no se irá por las ramas y, de seguro, terminará con más interrogantes que respuestas.