Considero que la nueva generación de cineastas está resuelta a marcar una nueva ruta en el cine dominicano. Con "Jean Gentil" de Laura Amelia Guzmán y ahora con "La hija natural" de Leticia Tonos esto se hace evidente.

Ambas se alejan de ese comercialismo de fácil taquilla para revelar otra condición de una cinematografía que está en construcción y en proceso de edificar una identidad fílmica que nos distinga ante el mundo.

Leticia sabe que posee una obra que es diferente a todo lo que se ha hecho. Ella sabe que su filme no engalanará los titulares de la sección de espectáculos como la cinta más taquillera del año. Eso no le importa, aunque sería una bendición si así lo fuera.

El alto criterio con que se ha empeñado en fraguar su obra, inmediatamente denota un amor por el oficio. Leticia cuenta una historia que puede suceder en cualquier parte del mundo, pero a la vez la hace caribeña, tropical y muy dominicana.

Cuenta la historia de María que, cuando su madre muere en un accidente, ésta decide entonces buscar al padre que nunca conoció. El encuentro es para ambos una experiencia angustiosa. Allí el padre vive en una vieja casa de una descuidada plantación de banano, con un enigmático haitiano llamado Montifá como su única compañía.

María tiene que lidiar con una serie de situaciones de índole existencial y hasta sobrenatural, puesto que, al parecer, los fantasmas de su pasado están rodeando su vida.

El filme logra manifestarse con un ánimo de exploración sobre nuestras raíces, idiosincrasia y creencias mágico-religiosas. La historia posee un tono especial dado por la calidad de sus distintos personajes secundarios que, gracias a ellos, redondea la "mise-en-scène" de todo el filme.

La primeriza joven actriz Julieta Rodríguez se enfrenta a un elenco diverso y de distintos niveles saliendo airosa de su debut, otorgando a María una candidez y organicidad apropiada.

Víctor Checo, el más veterano de todos no trata de rivalizar con ningún actor o actriz y deja su impronta adecuadamente. Otros como Dionis Rufino, Jochy Santos, Vickiana, Kalent Zaiz y Andrés "Velcro" Ramos, logran sus propósitos. A la vez Gastner Legarme como el haitiano Montifá se convierte en el gran hallazgo para la película, puesto que su rol secundario es tan efectivo que le otorga a la historia el apoyo vital de compenetración hacia la audiencia.

Felicitamos a Leticia Tonos por este importante logro en su carrera. Una profesional formada  como cineasta en la capital británica  en  1998. Allí estudió dirección de cine  y tres años más tarde mostró su primer cortometraje de graduación inspirado en un cuento de Junot Díaz,  ganador del ganó el premio Pulitzer 2009.

Sé que este filme desde ya marca un hito en nuestro cine local y que en el futuro se verá como una importante contribución al mejoramiento de la calidad argumental de esta cinematografía nuestra.