No me acabo de reponer de la insufrible Operación Olimpo y ya se tiene en cartelera otro filme que va por el mismo tema sobre el ataque a la Casa Blanca.

La caída Blanca de la Casa (White House Down) toma como escenario a esta casa emblemática, símbolo del poder norteamericano para jugar, a manera de ficción, con un ataque perpetrado por terroristas.

Roland Emmerich (Día de la Independencia) justifica su filme con la posibilidad de establecerlo dentro de una acción dramática que cumpla con todos los requisitos del género y sin variar nada de la fórmula.

Esta es la historia de John Cale un aspirante a agente del servicio secreto que, junto con su hija, se ve atrapado dentro de la Casa Blanca cuando un grupo paramilitar intenta secuestrar al presidente.

El público, que estará sentado en la sala, sabrá inmediatamente lo que le ocurrirá a este héroe circunstancial. Puesto que los mismos hechos lo colocan en la posición que se desea ver.

Channing Tatum asume su rol con la perfecta convicción para lo cual fuera contratado. Aparte de que cumple con los requerimientos necesarios, tiene la ventaja de que es una cara que se está formando muy bien dentro del cine norteamericano.

Jamie Foxx, como el presidente de los Estados Unidos, busca hacer pareja de acción con Tatum, logrando en su parte final ciertos visos de convicción. Y James Woods es un perfecto villano para la ocasión.

Pero no se equivoquen si este filme les entretiene a ratos, es que es tan trillado que parece que ya lo han visto un centenar de veces.