“Dos adolescentes que frecuentan una casa de playa abandonada conocen a un simpático vecino que las pone a prueba. El juego entre los tres se vuelve cada vez más complicado, hasta el punto de desdibujar las líneas entre la realidad y la ficción.”

Director

David Maler

Guionista.

David Maler

Reparto:

Eduardo Noriega

Camila Issa (Alessia)

Inti Santana (Clara)

Productora

Cacique Films.

“La Boya”, película escrita y dirigida por David Maler, parte de una historia con elementos no muy creíbles. Pero a veces, los detalles anecdóticos se dejan pasar por alto si la trama cine está bien expuesta. Situemos algunos de esos supuestos no creíbles; cómo es posible que así por así, dos muchachas “adolescentes” clase media alta se desaparecen de su casa (por un fin de semana), rumbo a una playa retirada de la costa norte del país sin su familia estar mínimamente enterada, y para colmos, encuentran en la playa una casa de lujo abierta y sin seguridad alguna. Por otro lado, la escena de la violación está resuelta de manera poco creativa y creíble, porque el director no sigue apostando a su discurso estético, o sea, a jugar o sugerir sin ilustrar situaciones. Pero los logros y las insuficiencias de este film no están ahí, apenas es un señalamiento formal.

David se enfrenta a un guion muy complicado de defender porque en su organización conceptual no pasa nada, lo cual no es un problema si la trama evoluciona adecuadamente, y creo que en general se logra. Para él contar a partir de los pocos elementos dramáticos del guion, usa como técnica visual unos “largos” movimientos de cámaras, planos minuciosos, fastuosos, delicados, y disolvencias “picadas” de tomas cerradas que integran anatomías húmedas, y aluden a un contacto tierno que insinúa la posibilidad de una relación lésbica. Antes de entrar a escena las situaciones que agrega Eduardo Noriega, el director da a creer que el drama de las chicas se pudo ir por ahí…

El director agrega a este ambiente de ternura de amigas adolescentes, la desolación melancólica de Eduardo, más, un suspenso sonoro y recurrente que se crea en torno a la boya, que como enigma está conectado al mundo interno y trágico de Eduardo Noriega. Él y esa situación son la esencia dramática del film.

“La Boya” está resuelta como cine; su carencia es de carácter temporal narrativo: La historia cinematográfica se alarga mucho para narrar un drama que se pudo lograr con unos largos minutos menos.

El gran logro de este film es la forma en como su director decide solucionar el final, esgrimiendo a secuencias fragmentadas, planos y escenas que poco a poco y de forma intrigante evidencian (sin ilustrar) una serie de detalles que dan a comprender que Eduardo es el dueño de la casa. Ese recurso cinematográfico desvela el misterio de la recurrente llamada telefónica, de forma muy lacónica, una voz telefónica da a comprender que se trata de su exesposa pidiendo clemencia por volver de nuevo a su relación de pareja. Y finalmente comprendemos que el drama de “La boya” está relacionado a la tragedia de su hijo.