Con el mejor estilo de los filmes de acción donde se le saca el mejor partido a lado femenino más letal, llega esta especie de la “Femme Nikita”, pero enfocado en una jovencita.

El realizador británico Joe Wright (Orgullo y prejuicio, Expiación) fue el encargado de resolver este filme con las mejores garantías de tener un buen nivel de producción y narrativa.

Es la historia de Hanna una brillante jovencita que apartada de toda civilización es criada y entrenada por su padre un ex hombre de la CIA, para convertirla en una perfecta asesina.

A través de un duro programa de autodefensa y le ha enseñado a leer y escribir con tan solo una enciclopedia y un libro de cuentos de hadas.

El problema de esta historia escrita por Seth Lochhead y David Farr es que en su comprensión de los hechos resulta inverosímil, ver a esta jovencita con una fuerza fuera de lo normal y con una capacidad para resolver problemas en pleno estado de peligro.

La joven actriz Saoirse Ronan (Lovely Bones), a pesar de mostrar cierta candidez para su personaje no logra convencer del todo de que ella pudiera ser una asesina consumada.

La vuelta que se le da a esta historia para justificar sus capacidades, en la idea de que ella ha sido producto de una manipulación genética para desarrollar un ejército de soldados fuera de lo común, pero cuyo programa de investigación fue abortado por circunstancias logísticas.

La poca credibilidad de la historia es la que precisamente crea esos baches narrativos que hace que el  espectador tenga que asumirlo sin más remedio.