Guasón
Título original: Joker. Año: 2019. Género: Drama. País: USA. Dirección: Todd Phillips. Guion: Todd Phillips, Scott Silver. Elenco: Joaquin Phoenix, Robert De Niro, Frances Conroy, Zazie Beetz, Brett Cullen. Duración: 1 hora 58 minutos.

Transitando entre el thriller convencional y el drama nihilista, “Guasón” (Joker) es una obra que no pretende confundirse entre las anomalías de un personaje que se ha fraguado dentro de un universo paralelo distinto a la realidad misma, aunque con similitudes simbólicas sustanciales.

Tomando prestado el universo de la DC y lo fundamental de los materiales que construyen la Ciudad Gótica, “Guasón” se introduce por la exploración psicosocial de un personaje emblemático para una ciudad sumida en el caos y el anarquismo que siempre está a la espera de ser salvada a cualquier precio.

Todd Phillips (Hangover, 2009) y el guionista Scott Silver (The Fighter, 2010) intentan construir un filme sobre bases referenciales con el objetivo de llevar a su personaje y su historia por caminos ya explorados que le garantizan cierto trayecto por una ruta bien encarrilada.

Esta decisión coloca el filme en un riel que busca plantear suficiente crítica social dentro de un discurso que siempre aborda la desigualdad y la intolerancia de una sociedad frente a un personaje patético y marginal.

Arthur Fleck (Joaquín Phoenix) es un hombre invisible para la sociedad quien se gana la vida como payaso de turno. Pero una serie de trágicos acontecimientos le llevan a ver el mundo de manera distinta.

Con una madre enferma y con el padecimiento de una enfermedad neurológica que le impide contener la risa en momentos de tensión, se plantea la estructura básica para bordear un personaje que permite hacer muchas referencias a los marginados de la sociedad, personas comunes con trabajo comunes y existencias casi insignificantes para los demás.

Este rechazo es lo que va construyendo una personalidad psicótica de un individuo que no tiene la capacidad para esquivar los problemas antes que estos lo afecten. Es casi ver a Travis Bickle de “Taxi Driver” (Scorsese, 1974) recorrer las calles de una ciudad que no le comprende y que no encuentra alivio para su tormento.

Fleck como Bickle simbolizan esa intolerancia a los “bichos raros” de la sociedad, personas que no encajan en los parámetros de convivencia social y que son discriminados por su condición psicológica, económica o física.

Su risa sobreexpuesta tiene la justificación de que su vida, al igual que su desdicha, no es controlada por él, es como un reflejo involuntario donde su carácter no funciona en los momentos donde debería funcionar; como ese bailoteo que busca rendirse a la cualidad experimentar cual si fuera Alex DeLarge (Malcolm McDowell) en la mítica cinta “A Clockwork Orange” (Kubrick, 1971), o con su presencia en el programa de Murray Franklin (Robert DeNiro) quien hace su opuesto al personaje de Rupert Pupkin interpretado en “El rey de la comedia” (Scorsese, 1982).

Quizás esta sobreexplicación desmerita muchas de las condiciones del personaje con la justificación a ciertas aptitudes que él mismo asume al abordar la violencia con un sentido de liberación de su ira y descontento.

Phoenix toma asidero propio para construir un personaje opuesto al abordado por Heath Ledger en “Dark Knight” (Nolan, 2008), aunque pertenecientes a un mismo universo, Phoenix, con todo el ego posible, lo delimita a una condición psicológica particular, pero manejado a la misma altura cualitativa de su predecesor.

El director Phillips, en este sentido, no quiere quedarse atrapado por las manipulaciones que el mismo Phoenix hace del personaje y sortea los rasgos más ásperos dejando fisuras arbitrarias y auto paródicas que se dejan caer tras el arco evolutivo.

La música de Hildur Guðnadóttir (Sicario, 2015) y la cinematografía de Lawrence Sher (Garden State, 2004) encuentran el punto en común al retratar visual y sonoramente los diferentes estados anímicos del personaje en armonía con los espacios de luz y sombras que ofrece la mítica Ciudad Gótica.

“Guasón”, con los riesgos asumidos, es como una anomalía en la industria actual de Hollywood pues se aleja de las leyes arbitrarias del universo DC y al tratamiento de un personaje que no busca contentar a un público, más bien busca la confrontación a través de su proceso de deformación psicológica.

De todas maneras, es una obra que se le puede prestar especial atención por las implicaciones subjetivas que emanan del propio personaje y por la cualidad de interesarse por la exploración de uno de los villanos más tormentoso del firmamento “pulp” de la DC.