El cine gansteril, producto de las hazañas de los gánster que se forjaron en la década de los 30, se convirtió en un género muy vendido dentro del cine norteamericano.
El tema principal es el crimen organizado y las fuerzas que debían combatirlo, situación que siempre se daba en todos los filmes, lo que permitió crear un esquema argumentativo y estético bastante factible.
“Fuerza antigánster” precede a tantas películas de este género que es poco lo que le queda por contar. Emparentada con la línea estética del referencial titulo de Brian DePalma (Los intocables, 1987), este filme trata de buscar en los modelos preestablecidos su garantía para su relato.
Apostada en la ciudad de Los Ángeles del 1949, y basada en hechos reales, cuenta el ascenso y la caída de hampón Mickey Cohen interpretado por Sean Penn, quien se traslada desde Brooklyn hasta esta ciudad para concretar su imperio del crimen.
No obstante, al igual que la experiencia de Chicago con Al capone, se forma un escuadrón especial de policías para contrarrestar sus acciones.
El filme se muestra débil en varios aspectos. En la configuración del hampón Cohen y en las rutinarias manifestaciones del ambiente de la época.
Sean Penn asume un aspecto menos convincente para asegurar por lo menos un estadio maligno en su personaje, casi flaqueando por los vicios de su propio personaje que se muestra acartonado.
Su contraparte Josh Brolin intenta establecer una diferencia mínima en su personaje haciéndolo más humano y menos mecánico.
Ruben Fleischer (Zombieland, 2009) por su poca pericia en este género no descubre los suficientes elementos para hacerlo atractivo.
Por lo menos la ambientación propuesta facilita algunos aspectos estéticos y de fotografía que remarcan la época y la atmósfera establecida, aunque esto sea lo más destacable del filme.