Título original: Freaky. Género: Terror. País: USA. Dirección: Christopher Landon. Guion: Michael T. Kennedy, Christopher Landon. Elenco: Vince Vaughn, Kathryn Newton, Alan Ruck, Uriah Shelton, Katie Finneran. Duración: 1 hora 42 minutos

“Este cuerpo me sienta de muerte” (Freaky) apuesta a la comedia de terror con una parodia a los códigos del slasher, sobrevolando a través de guiños cinematográficos que se han manifestado en varias películas del género como “Martes 13” (S. Cunningham, 1980) o “Scream” (Wes Craven, 2000).

Este guion de Michael T. Kennedy y Christopher Landon, este último director y escritor de “Feliz día de tu muerte” (2017), trata de tener un poco de todo de ese bagaje fílmico que ha cruzado tantos filmes de terror y posicionarlo en una historia que respira mucho gore, parodia y voluntad de hacer un filme divertido en término de dinámica narrativa.

La historia en cuestión toma su base en el intercambio de cuerpos, fórmula tan revisada en muchos filmes que en esta ocasión toma un aspecto de simulación subjetiva y cambio de perspectiva cuando un asesino en serie (Vince Vaughn), intercambia su cuerpo a través de una daga milenaria utilizada para sacrificios, factor fundamental para justificar el proceso, con una joven estudiante (Kathryn Newton) quien descubre que tiene menos de veinte y cuatro horas antes de que el cambio sea permanente.

Entonces, todo se convierte en una carrera contra reloj donde ambos tratan de sobrevivir a su nueva identidad, sacando provecho, pero sabiendo que las cosas pueden empeorar aún más. Una historia en la que Vaughn saca el mejor partido presentándose con esa dualidad histriónica de representar las ínfulas del asesino y la adolescente.

A Landon se le nota su aprecio por el género que, sin hacer concesiones inútiles, mezcla varias situaciones vistas en otros filmes, al mejor estilo, por ejemplo, de “Freaky Friday” (Mark Waters, 2003) y lo hace funcional dentro de la trama, cuestión que enriquece el relato y pone al espectador en una buena posición para la nostalgia fílmica de esas cintas de historia de adolescentes de los años ochenta.

Un buen ejercicio para fanáticos del género y los subgéneros que lo acompañan que, además, le otorga a esta aventura de añoranza, un pasatiempo de buena técnica y temática.