Me gusta el cine de Susanne Bier. Una de las mejores realizadoras europeas. Me gusta su estilo, su tono pausado, íntimo y comprometido con sus propios principios argumentales donde el ser humano es visto desde sus más variadas perspectivas.
Películas como “Problemas de familia” (1994), “Hermanos” (2004) y “Después de la boda” (2006) son excelentes ejemplos de su agudeza al momento de enfocarse en esos temas aparentemente triviales, pero que contienen una alta carga emocional y de honestidad.
Ahora Bier con este reciente filme, aunque ya tiene dos años, muestra un discurso que habla de la tolerancia frente a la violencia y los falsos escrúpulos.
Ganadora como mejor película extranjera en la pasada entrega de los Oscar, “En un mundo mejor” muestra a un médico idealista danés que trabaja en un campo de refugiados en África.
Su mujer y su hijo viven solos en Dinamarca. El niño se tiene que enfrentar a la violencia existente en su espacio del colegio con amargas consecuencias. En ella conoce a otro niño huérfano de madre que, a su vez, responde con violencia frente a todo.
Ambos unen sus frustraciones para contrarrestar la difícil situación de su entorno. Este asunto le acarrea problemas a ambas familias, el cual provoca ciertos cuestionamientos del padre.
Bier se apoya en un discurso diferente que atrae una idea compleja sobre lo que está pasando en el mundo. La intolerancia frente a los demás y da una posible respuesta a tanta incomprensión existente.
A través de los personajes ella va dibujando el cuadro dramático que se discurre en toda la historia, dejando establecido su honestidad al tratar este delicado tema.
Aplaudo las intenciones de este filme y vuelve a corroborar la calidad de una directora que sabe hacer cine.