Entre los superhéroes del universo de la DC Comics, Superman es uno de los más elementales. Su historia evoca la razón primaria de la existencia de los seres mesiánicos; forjado fuera de este mundo y con una intención de protección planetaria.
A lo largo de su evolución argumentativa y estilística en el cine, Superman ha tenido que replantearse varias veces. Desde aquella versión de Richard Donner de 1978 con una ejemplar Christopher Reeves que le dio todo el carisma posible, hasta la no muy bien acogida versión con Superman Returns (Bryan Singer, 2006), el superhéroe ha surcado las más alternativas propuestas para ir adaptando su figura a las nuevas audiencias.
La nueva adaptación de este clásico de la DC Comics viene a responder a un aspecto comercial y menos estructural que lleve al personaje por otros nuevos derroteros que le permitan sobrevivir a este campo tan competitivo.
Conociendo la historia, el superhéroe trata de superar los embates de reconocerse a sí mismo y de enfrentar a su origen personificado por el General Zod, el antiguo rival de Jor-El, su padre, quien lo reclama como prisionero.
Las variaciones narrativas realizadas por el guionista David S. Goyer apuntan a no contar una historia lineal, más bien, después de la introducción protocolar del nacimiento de Kal-El en su planeta, la historia recae inmediatamente en un Clark hecho hombre, puntualizado con algunos flashback de su infancia en la Tierra y de su adaptación a su nuevo mundo.
El matrimonio Kent, asumido por los actores Diane Lane y Kevin Costner, se reparten en las distintas recreaciones y vinculaciones terrenales con Superman. Lo demás es una variante más estrambótica de los hechos que debe enfrentar el superhéroe.
El estilo propuesto por Zack Snyder (Watchmen, 2009) reduce el argumento a pocas posibilidades de contar cosas novedosas y absorbe mucho del cine de catástrofe proponiendo escenas cargadas de destrucción y explosiones que convierten a este título en un circo de efectos y ruidos.
El actor Henry Cavill, nueva propuesta del Hombre de Acero, viene a montarse en todos los demás actores que han tenido la voluntad de personificarlo, con sus desgracias y virtudes.
Esta adaptación solamente es válida dentro de su posición comercial puesto que sigue los lineamientos industriales de una producción masificada.