Título original: The Hobbit: The Battle of the Five Armies (The Hobbit 3). Género: Fantástico/Aventura. Dirección: Peter Jackson. Guión: Philippa Boyens, Peter Jackson, Fran Walsh, Guillermo del Toro (Novela: J.R.R. Tolkien). Reparto: Martin Freeman, Ian McKellen, Richard Armitage, Luke Evans, James Nesbitt, Aidan Turner. Duración: 2 horas 24 minutos. Clasificación: + 12 años. País: USA

Después de “El Hobbit: un viaje inesperado” (2012) y “El Hobbit: La desolación de Smaug” (2013), el director termina un ciclo argumental del libro que inicia la gran odisea de “El Señor de los Anillos”.

No es de dudar que dicho trabajo le haya llevado muchos años. La obra de Tolkien ha sido agotadora para un realizador que se ha propuesto dejar una huella en el cinema internacional como uno de los más importantes adaptadores de un texto de literatura fantástica.

La empresa iniciada por Jackson le ha dado sus frutos. Hoy por hoy, estas adaptaciones son consideradas referencias en la industria fílmica internacional.

La idea del realizador en este relato conclusivo, es ofrecer un compendio de la sagacidad narrativa que ha caracterizado a la serie y mostrar un panorama evolutivo de la visión que caracterizó la historia desde un principio.

En este último episodio, Bilbo Bolson se encuentra en la montaña solitaria, donde han conseguido expulsar al dragón Smaug que se dirige a Esgaroth, la ciudad del Lago Largo.

Pero un cruenta batalla se avecina donde los enanos, humanos y elfos se enfrentarán por el preciado tesoro que custodiaba el dragón. Esto iniciará el enfrentamiento final donde se pretende ilustrar, lo más cercano posible, la idea metódica de Jackson de hacerlo cada vez más espectacular.

Pero en su intento varios factores decaen por lo poco novedoso que ya resulta. Es difícil mostrar cosas nuevas cuando ya tienes cinco episodios declarando un compendio de efectos visuales y narrativa progresiva.

Aunque el realizador neozelandés sigue inventando sobre la marcha de la historia, desechando lo que puede resultar aburrido y añadiendo elementos que puedan sumar a la trama, todo por la libertad creativa que asumió  en torno a la obra de Tolkien.

Como fanático de este texto, Jackson responde a las conveniencias comerciales, pero dejando ciertas libertades artísticas para que la obra fílmica, que acaba de concluir, no sea tildada de una mera entretención y quede reflejada su idea panorámica de lo que representó este texto literario en su momento y su difícil adaptación cinematográfica.

“El Hobbit: la batalla de los cinco ejércitos” es un filme que será muy apreciado por los fanáticos de la obra y quedará en la mente colectiva del público como un relato del género fantástico atractivo y singular.