Título original: Saul fia. Género: Drama. Dirección: László Nemes. Guión: László Nemes, Clara Royer. Reparto: Géza Röhrig, Levente Molnár, Urs Rechn, Sándor Zsótér, Todd Charmont.  Duración: 1 hora 47 minutos. Clasificación: + 16 años. País: Hungría

Después de Roman Polanski (El pianista, 2002), Steven Spielberg (La lista de Schindler, 1993), Roberto Benigni (La vida es bella, 1997) o Tim Blake Nelson (La zona gris, 2001), parecería que el tema del holocausto estaba agotado.

Pero viene el realizador húngaro László Nemes y restriega ante los ojos de los espectadores nuevamente el tema.

Nemes, quien durante mucho tiempo trabajó como asistente del también director húngaro Béla Tarr (The Turin Horse, 2011), toma las riendas de un trabajo de ópera prima que nada tiene que envidiar a otras producciones de realizadores más avezados.

En las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial los nazis han empezado a dar solución total a su proyecto de exterminio. En el campo de concentración de Auschwitz se encuentra Saul Ausländer quien ha sido deportado a este campo.

Allí forma parte de los Sonderkommando, hombres encargados de quemar los cadáveres de los prisioneros gaseados y limpiar las cámaras de gas; un trabajo siniestro, pero que le da más tiempo de vida dentro del lugar.

En una de esas labores de limpieza, identifica en cadáver de un niño al que asume como su hijo (o al parecer lo asume como un asunto moral) y decide darle un enterramiento digno, lo cual lo compele a buscar un rabino.

Este objetivo es lo que somete la vida de Saúl a un mar de obstáculos donde tiene que lidiar con los asuntos del trabajo y las cuestiones fundamentales de su supervivencia.

Nemes, para narrar su película, se vale de ciertos elementos estéticos y técnicos para acercar el drama al público, como la utilización del formato cuadrado de 4:3 y la utilización de planos largos siempre con la cámara detrás del personaje principal.

Estos factores obligan al espectador a seguir instintivamente el periplo de Saúl por todo el contexto del campo de concentración.

En su aspecto argumental la historia está narrada con fuerza, aunque Nemes salta ciertos cercos descriptivos artificiales para seguir empujando la trama aunque parezca ilógica en ciertos momentos.

No obstante, la carga emocional que se vierte en cada cuadro deja una sensación de vértigo por la manera poco complaciente de mostrar la realidad y crudeza de este contexto bélico.

Definitivamente, un filme que es capaz de hurgar en un momento histórico determinante para la humanidad y en una historia personal que toca las fibras más sensibles.