Mona Achache es una de las realizadoras de esa nueva generación que busca revitalizar un cinema francés que ha aportado, en sus distintas etapas, importantes perspectivas de sobre el abordaje de temas humanos y controversiales.
Para iniciar su camino como cineasta se ha apoyado en la novela de Muriel Barbery titulada “El encanto del erizo” o “Le Hèrisson”, una historia sobre una niña de 11 años cuya vida, al parecer, no tiene sentido por lo que ha decidido tomar medidas drásticas y suicidarse tan pronto llegue su próximo cumpleaños.
La historia comienza con una serie de reflexiones provenientes de esta niña que está harta de su familia puesto que se encuentra atrapada en un mundo donde no hay ningún lugar hacia donde ir.
Para esto decide filmar esos pequeños actos de su cotidiana vida junto a su familia y demás personas que intervienen en su pequeño universo. Así descubre a los personajes compuesto por la conserje que vive con sus gatos y un anciano japonés.
La intelectualidad de la niña es el recurso más interesante de esta historia, que vaga entre la búsqueda de respuestas lógicas a preguntas absurdas contando también con el descubrimiento de que otras personas son muy parecidas a la misma problemática que ella padece.
Mona Achache sortea muy bien el intríngulis de la historia para llevar una fábula simple, pero a la vez profunda del pensamiento de esa clase aburguesada francesa.
El contacto de ella con la conserje le abre un mundo de descubrimiento capaz de modificar su perspectiva de la propia vida y de su misión original.
“El encanto del erizo” es un cine francés actual y gratificante que busca en lo simple, la complejidad de un mundo de historias capaces de volver a gustar del cine y de su dinámica argumental.