Título original: A Rainy Day in New York. Año: 2019. Género: Romance, Comedia. País: USA. Dirección: Woody Allen. Guion: Woody Allen. Elenco: Timothée Chalamet, Elle Fanning, Selena Gomez, Jude Law, Annaleigh Ashford. Duración: 1 hora 32 minutos.

Siempre hay un deleite especial al anunciarse cualquier nueva producción cinematográfica de director neoyorkino Woody Allen. Un director quien a sus 84 años aún mantiene su músculo intelectual en forma produciendo una pieza fílmica cada año.

Entre algunas altas y bajas de su carrera puede considerarse que es uno de los autores más respetados, influyentes y prolíficos de la era moderna y el que ha mantenido una línea argumental posestructuralista a través de ese constante discurso que busca los huecos, fisuras y discontinuidades y, además, donde hace alarde de esa “muerte del autor” que no es más que otra manera de plantear una visión disímil sobre las veleidades humanas.

El filme en que se ocupa esta vez lleva por nombre “Día de lluvia en Nueva York” (A Rainy Day in New York), título más elocuente para él y para lo que ha significado esta ciudad dentro de su filmografía.

Pues el director de “Manhattan” (1979) o “Annie Hall” (1977), rebusca nuevamente en las inconstancias del amor y de las aspiraciones adultas o juveniles como es el caso actual de los personajes de Gatsby Welles (Timothée Chalamet) y Ashleigh Enright  (Elle Fanning), una joven pareja enamorada de universitarios de clase alta que se dispone a pasar un fin de semana en la ciudad de Nueva York, pues ella va a entrevistar al reconocido cineasta del momento Roland Pollard (Liev Schreiber) que pasa por un momento de crisis creativa.

Ya en la ciudad, por distintas circunstancias que deja caer el propio Allen dentro de la historia, Ashleigh tiene una serie de situaciones de contexto que cada vez la va alejando de la agenda que tiene con su novio, introduciéndola dentro de un marasmo de imprevistos; mientras que Gatsby se reencuentra con la joven Shannon (Selena Gómez), que le ayuda a poner en orden sus sentimientos.

Todos se mueven estratégicamente, especialmente Elle Fanning, quien define la candidez y vitalidad de un personaje vivaz en la que Allen le ofrece ágiles diálogos como aquellos recordados parlamentos escritos en su época para Mariel Hemingway o Diane Keaton.

Este cuadro dramático que el director propone en esta ligera comedia citadina, es la justificación para hablar de encuentros, desencuentros, bromas sobre el mundo del cine y equívocos dentro de una ciudad que ha sido la pasión permanente para el autor.

Esta misma la que ahora es retratada bajo el lento del cinematógrafo Vittorio Storaro (Apolaypse Now, 1979 y The Last Emperor, 1987) quien la dibuja con colores cálidos y la armoniza con el efecto constante de un elemento mágico y nostálgico como es la lluvia.

Frente a esto, la música es el mejor aderezo que Allen sabe colocar en sus películas, la que le otorga el toque sofisticado y el que define sus predilecciones musicales como, en esta ocasión, la pieza “Misty” interpretada Erroll Garner o la interpretación que hace el actor Timothée Chalamet de la canción “Everything Happens To Me” compuesta por Hoagy Carmichael y Johnny Mercer.

De esta manera se distribuye todo un concierto equilibrado de personajes, situaciones y ambiente que pudiera parecer normal en cualquier historia, pero con Woody Allen todo tiene un especial sentido.