Todavía recuerdo aquella comedia romántica coral titulada Love Actually (2003) donde Richard Curtis propuso un mosaico de situaciones en que un variopinto elenco manifestaba su interés por el amor y las cosas simples de la vida.

Este relato puso a Curtis como un gran hacedor de las comedias románticas contemporáneas. Ahora regresa a algo parecido con Cuestión de Tiempo (About Time) un relato sobre un joven al cual le es revelado que, por el lado de su familia paterna, posee la capacidad de viajar en el tiempo.

De primera vista, esto parece que le puede resolver la vida, pero en su experimentación y práctica va descubriendo los bemoles de su nueva capacidad.

El filme se descubre como una narración que va desde la comedia hasta el drama con tintes del cine fantástico.

Las situaciones se van mezclando poco a poco dejando rastros de buen cine construyendo un relato con significantes reflexiones sobre la vida y de los altibajos que afectan a cualquier familia.

Dejando clara las cosas Curtis lleva su historia por momentos bastantes hilarantes y en otros bastantes melcochosos y lacrimógenos, y esto se nota en la última media hora donde todo se vuelve reiterativo restándole un poco de su magia inicial.

No obstante, es funcional como comedia y como drama gracias a su elenco principal cuyos personajes están bien definidos, como la excelente actuación de Bill Nighy como el padre de la familia, y Rachel McAdams y Domhnall Gleeson, como los jóvenes enamorados.

Cuestión de Tiempo es recomendable por su interés de hablar de lo que es la vida y las circunstancias que la provocan.