Título original: Rocketman. Año: 2019. Género: Drama/Musical. País: UK. Dirección: Dexter Fletcher. Guion: Lee Hall. Elenco: Taron Egerton, Jamie Bell, Richard Madden, Bryce Dallas Howard. Duración: 2 horas

Con el efecto de la aclamada película “Bohemian Rhapsody” (Singer, 2018) todavía en la memoria de los fans de Queen y de su vocalista Freddie Mercury, se tiene otro biopic que encaja con ciertos propósitos comerciales para dilucidar ciertas características de otra leyenda del rock en inglés como lo es Elton John.

Es bien sabido que el rock es una de las cosas que mejor encajan con el cine por su inevitable encanto cinematográfico tanto visual como temático y gracias a la popularidad de muchas estrellas de la música rock como estas, el cine ha producido varias ficciones memorables.

“Rocketman”, en clave musical, se centra en la vida y obra de Elton John, donde el compositor y cantante británico es también uno de los productores del film. Esto hace que el mismo, a diferencia del biopic de Freedy Mercury, posea unas implicaciones distintas pues su personaje aún está en vigencia y lo que se cuente en la misma tiene incidencias directas y actuales con el propio personaje en cuestión.

Su curiosa manera de iniciar la película, teniendo a Taron Egerton en el papel de Elton John entrando a una reunión de grupo de apoyo vestido de un estrafalario traje de demonio, es la manera más simbólica de retratar a un personaje que es de todo y mucho más.

Es el propio Elton que inicia a contar su propia historia a los integrantes del grupo de apoyo, pero también para la audiencia, iniciada desde su infancia (como ese Reggie Dwight, su verdadero nombre), pasando por el rechazo paternal y la indiferencia maternal y siguiendo con su indetenible ascenso hacia la fama, la misma que lo casi devora por su búsqueda de aceptación personal y pública.

Con alternancia entre la narrativa de su historia y los momentos actuales en el espacio de la clínica, Elton se va desnudando física y mentalmente, despojándose de su propia personalidad construida como una coraza y dejando entrever esa fragilidad presente en su interior.

Dentro de la historia se hace especial empeño en la relación con su letrista Bernie Taupin (un destacable Jamie Bell), sin el cual Elton no sería lo que es a nivel musical al día de hoy. Esta relación es marcada por las mismas canciones que sirven de base musical y narrativa para contar las propias experiencias de Elton durante la trayectoria de su carrera, un viaje con sus altas y bajas y donde no se le muestra complaciente al momento de hablar de las adicciones a las drogas, al sexo y a la vida estrafalaria.

La responsabilidad del actor Taron Egerton (Kingsman, 2014 y Robin Hood, 2018) se convierte en una de las más interesantes interpretaciones, pues no intenta imitar al artista más bien evocarlo en varias de sus dimensiones tanto humana como artística dejando establecido una figura compleja y polémica antes los ojos de la audiencia.

La dirección de Dexter Fletcher que, curiosamente fue la persona que se encargó de las últimas semanas de rodaje de Bohemian Rhapsody, una vez que Brian Singer fuera despedido, alcanza a determinar una obra que cumple con todos los requisitos tanto en el género musical como el biográfico.

Acertada la selección musical que, aunque es extensa en la carrera del artista, su curaduría ha sido interesante pues ayuda a comprender su mundo interior con toda y sus complicaciones existenciales. Otro detalle es el vestuario seleccionado que, al igual que la música, también habla de los estados de ánimos y de la evolución artística.

Rocketman” es una buena muestra de la adecuada factura y cuidado que se le están otorgando a los biopics musicales con el objetivo de hacerlos más atractivos y disfrutables.

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