En esta época de adaptaciones libres de cuentos infantiles, una veta encontrada ahora en la industria de Hollywood, es válido señalar esta adaptación venida de España, -gracias a Dios-, y no de las insulsas revelaciones que se han realizado últimamente en el cine norteamericano.
Esta versión libre, de carácter gótico, del popular cuento de los hermanos Grimm, es a mí entender la más extraordinaria adaptación que de cuento alguno se haya realizado.
Ambientada en España durante los años 20. Blancanieves es el nombre que se le ha dado a una bella joven con una infancia atormentada por su terrible madrastra. Pero que un día emprende un viaje en el cual se convertirá en torera y donde encontrará a una troupe de enanos de circo que se convertirán en sus compañeros del oficio.
Tomando de los mejor del cine mudo de los años 20 y bebiendo mucho de los estilos impuesto en esa época por realizadores como Murnau, Dreyer o Gance, Pablo Berger crea un cuadro escénico formidable a través de esa magnífica fotografía de Kiko de la Rica y una excelente musicalización de Alfonso de Vilallonga.
La odiosa comparación por el estilo que se puede hacer contra este filme asumido por su antecesora comercial The Artist (2011) cinta que también prescinde del habla y del color, tiene validez solamente en la idea estilística más no es la argumentación, donde Blancanieves alcanza un mayor nivel de proporción en los términos estructurales.
La cinta también ayuda a la comprensión contextual de lo que significó la España de los años 20, rural e integrada a la idiosincrasia social de un país apegado a profundas tradiciones taurinas.
No es casual que la Blancanieves de este cuento sea una torera, puesto que a través de ella se cuenta otros aspectos sociales muy importantes.
Sobre la villana de la historia no podemos dejar de destacar la sorprendente actuación de Maribel Verdú (Goya en Burdeos, 1999), una actriz que impregna la pantalla de esa maldad tan expresiva.
Realmente esta es una cinta que a propósito de tanta insuficiencia argumental, se erige como una obra extraordinaria y que no hay que dejar de ver.