Redimensionando el género de la acción con visos de ataques alienígenos –cuestión que es cíclico en la industria-, llega una nueva historia de invasión extraterrestre en  la que se presenta a un pequeño escuadrón de Marines que se embarca en una misión para combatir a unos alienígenos que vienen a colonizar al planeta Tierra.

De esta manera se estructura un filme que busca más bien el lado bélico del asunto que exponer una historia de acción con visos de ciencia-ficción. El filme es una exploración a la contienda, a la acción militar del mismo ataque, dejando a un lado las cuestiones filosóficas y existenciales para producir un discurso sometido a la pura y simplona perspectiva de batalla.

Este guión escrito por Christopher Bertolini no focaliza su aspecto en las implicaciones existenciales del destino de la raza humana y no deja claro el propósito de tal invasión, tan solo se menciona el aspecto del agua como recurso para producir energía para las naves invasoras.

En otro aspecto, el filme se decanta por la simple exposición de la batalla, saturando un discurso que pudo ser más explícito y menos reiterativo con el asunto de la violencia territorial.

Jonathan Liebesman responsable de haber revivido la historia de “The Texas Chainsaw Massacre: The Beginning” compone un filme dependiente de muchos otros como  “Día de la Independencia” o  “La Guerra de los Mundos”, que han ido por ese mismo camino.