El cine hecho en Puerto Rico tiene sus características muy particulares, puesto que siendo un cine caribeño, no deja de tener cierta vinculación con sus propósitos con el cine que se hace en Estados Unidos.
No obstante, esta relación es la que ha producido un cine con distintas visiones sobre la vida de la isla y la existencia de los puertorriqueños que pernoctan en el continente.
De este lado, la realizadora de origen mexicano, pero residente en Puerto Rico, Sonia Fritz, ha dedicado buena parte de su quehacer profesional al documental, pero también debutó en la ficción con “El beso que me diste” (2000).
Y a través de su productora Isla Films ha producido películas como “Manuela y Manuel”, “Miente” o “La hija natural” de Leticia Tonos, además de dedicarse a la docencia como catedrática del Departamento de Comunicación de la Universidad del Sagrado Corazón en San Juan.
Basado en la novela de Esmeralda Santiango, Sonia toma este relato que se mueve entre la isla caribeña y la ciudad de Nueva York, sobre una joven mujer boricua maltratada y privada de su hija que busca rehacer su vida en la Gran Manzana. El miedo y el coraje la empujan a escapar sin saber las consecuencias que esto trae posteriormente en su vida.
La primera parte de la película se concentra en la zona de Vieques en Puerto Rico, lugar donde la comunidad libró una batalla para sacar los ejercicios militares norteamericanos que allí se hacían, y donde la joven América trata de llevar su relación con su esposo y la protección de su hija.
Pero los constantes asedios y maltratos de éste la obligan a tomar una decisión importante que, a pesar del amor que le profesa a su hija, abandona a su padre y huye hacia la ciudad de Nueva York.
En contraste del color brillante de la isla ahora la película se torna más fría, dejando establecido la nueva condición de América. En su nueva vida como criada en la ciudad de Nueva York, y con el apoyo de familiares y de otras mujeres latinas, América encuentra consuelo y esperanza.
Pero su pasado dejado en la isla la persigue y viene encarnada en la voluntad de su esposo abandonado haciendo que el filme se torne más oscuro.
Las intenciones de Sonia al marcar diferencias de estilos no conllevan a establecer un seguro y coherente panorama para el filme. Aunque la actuación de Lymari Nadal luce adecuada como aquella mujer perseguida y maltratada.
Muchos cabos se dejan sin atar como la relación del personaje de América y su posible romance con un bodeguero, interpretado por Frank Perozo que, al parecer, el desarrollo de esta posible historia de amor quedó reducido en la sala de edición.
Identificamos la presencia fuerte del veterano Edward James Olmos, que refuerza el elenco junto a la mexicana Yareli Arizmendi, Rachel Ticotin y Yancey Arias.
A pesar de sus inconsistencias argumentales y de desarrollo “América” es un filme que apunta a la perspectiva femenina de un mal social que se vive constantemente dentro de nuestro contexto.