Título original: Al final del túnel. Género: Thriller. Dirección: Rodrigo Grande. Guión: Rodrigo Grande. Reparto: Leonardo Sbaraglia, Clara Lago, Pablo Echarri, Federico Luppi, Javier Godino. Duración: 2 horas. Clasificación: + 16 años. País: Argentina

El realizador argentino Rodrigo Grande, venido como esa generación de cineastas que apuestan el todo por el todo, regresa a la gran pantalla con “Al final del túnel”, un film que supone su tercer largometraje como guionista y director tras estrenar en 2001 “Rosarigasinos”, estrenada en el país durante la Muestra Internacional de Cine de Santo Domingo con la presencia del propio director, y “Cuestión de principios” en 2009.

Rodrigo ahora abraza el thriller como una especie de ejercicio dentro del oficio donde expone sus propias obsesiones sobre género y de esa literatura oscura interpretada en los textos de Edgar Allan Poe.

La historia toma la presencia del personaje de Joaquín, el cual tiene como oficio el arreglo de computadoras. Siendo paralítico, se mueve en su silla de ruedas dentro de una casa lúgubre y sombría, con la única compañía de su perro Casimiro.

Pero su tranquilidad termina cuando llega Berta, una bailarina de striptease junto a su hija Betty para alquilar una de las habitaciones y cuya presencia ofrece un toque distinto a la casa.

Una noche, mientras trabaja en su sótano, Joaquín percibe un ruido sospechoso para luego darse cuenta que una banda de delincuentes está construyendo un túnel que pasa bajo su casa con la intención de robar un banco cercano.

Bajo el mejor recurso hitchcokniano, con referencias claras a “La ventana indiscreta”, Rodrigo no escatima esfuerzo para aparentar su interés por el estilo impuesto por el maestro del suspenso, dando una resolución el cual pudo haber tenido más contundencia

Este descubrimiento inicia un plan del propio Joaquín para impedir que se consuma el proyecto, pero también para sacar sus propias ventajas.

El realizador construye un argumento apuntalado por las mínimas características del thriller para esbozar un relato que hurga en varias cuestiones morales dentro de un juego plagado de mentiras y falsas condiciones que atrapan a los propios personajes y los obligan a actuar en consecuencia.

Su desarrollo se vuelve lento al principio, pero una vez planteado el nudo de la trama, este se desarrolla con un fuerza e intencionalidad que compele al espectador a mostrarse atento a los acontecimientos.

La cámara del cinematógrafo Félix Monti, juega un papel importante para darle esa visión decadente y misteriosa a los hechos que se plantean, manejados en espacios cerrados y claustrofóbicos.

Bajo el mejor recurso hitchcokniano, con referencias claras a “La ventana indiscreta”, Rodrigo no escatima esfuerzo para aparentar su interés por el estilo impuesto por el maestro del suspenso, dando una resolución el cual pudo haber tenido más contundencia.

Leonardo Sbaraglia, Clara Lago, Pablo Echarri y Federico Luppi (este último actor fetiche del realizador y quien cuyo final se alarga para darle más interpretación) constituyen un elenco adecuadamente funcional.

“Al final del túnel” es un cine con buenas pretensiones y un ejercicio interesante para su realizador.