50 primaveras

Título original: Aurore. Género: Comedia. Dirección: Blandine Lenoir. Guión: Jean-Luc Gaget, Blandine Lenoir, Océane Michel. Reparto: Agnès Jaoui, Thibault de Montalembert, Pascale Arbillot, Lou Roy-Lecollinet.  Duración: 1 hora 27 minutos. Clasificación: + 12 años. País: Francia

“50 primaveras” puede parecer que cae en el cliché de aquellos personajes de edad madura que buscan otros propósitos en su vida, pero la definición de su tono y la preparación de algunas situaciones cómicas logran salvar sus escollos esenciales y mostrar una historia aguda y sincera.

El personaje principal es Aurore Tabort quien está separada, acaba de perder su empleo y recibe la noticia de que va a ser abuela. A sus 50 años de vida todo parece estancado, sin propósitos ni motivos, hasta que se produce el reencuentro con un antiguo amor de su juventud, todo cambia en su panorama personal.

Interpretada por Agnés Jaoui, actriz, dramaturga y directora quien ha demostrado su valía como realizadora en “Como una imagen” (2004) o guionista “Un Air de Famille” (Klapisch,1998), demuestra que posee ese don de materializar las cosas sutiles y mostrarlas de una manera simple y singular.

La colaboración en el guión en este filme también garantiza una mejor propuesta de personajes y situaciones. Su mirada es muy distinta a la que hace, por ejemplo, el cine norteamericano, donde las mujeres de mediana edad son retratadas sin metas definidas y solo esperando alguna recompensa social o afectiva.

Aquí la mirada de Aurore (contemplación sigilosa a lo Alain Renais o Jacques Rivette) es de una mujer que no espera nada de los demás, ella misma se construye su panorama existencial en la medida de los cumplimientos que asume.

El film propone un recorrido emocional centrado en los avatares, los dolores y las alegrías de Aurore, mostrado de una manera convincente y audaz en la que las situaciones se manejan de una forma cómica, pero sin victimizar ninguna acción de los personajes principales ni secundarios como el jefe insoportable, el embarazo de la hija mayor y la aparición de ese amor de juventud.

Estas condiciones juegan siempre a favor del filme cuyo tono cómico se balancea entre los enfoques de pensamientos existenciales y las maromeras de los gags visuales como el recurrente de las puertas giratorias que Aurore se dispone a cruzar y que denota el sentido metafórico de lo invisible que puede resultar la presencia de la mujer de edad madura en el entorno social.

Una comedia recomendable por su tejido emocional y reflexivo que demuestra muchos puntos de vista general sobre los momentos, el tiempo y la vida.