Título original: 1917. Año: 2019. Género: Drama. País: UK. Dirección: Sam Mendes. Guion: Sam Mendes, Krysty Wilson-Cairns. Elenco: George MacKay, Dean-Charles Chapman, Mark Strong, Richard Madden, Benedict Cumberbatch, Colin Firth. Duración:  1 hora 59 minutos.

El género bélico siempre ha estado dispuesto a ofrecer obras significativas desde distintas perspectivas ya sea esta personal o de orden general. Y estas visiones son las que han motivado siempre la idea entre los realizadores.

Con una filmografía atractiva gracias a cintas como “American Beauty” (1999), su primer Oscar como director, “Road to Perdition” (2002) y “Revolucionary Road” (2008), el realizador británico Sam Mendes ha podido desarrollar esta vez una proeza fílmica que eleva el relato bélico hacia unos puntos más allá de la propia narrativa clásica.

La gran hazaña sobre la que se sustenta “1917” es la complejidad que supone rodar toda la historia a través de planos secuencias que unifican la acción en un solo tiempo lineal. Este ejercicio fílmico enseña la capacidad del manejo de la cámara para poder establecer distintos planos emocionales en los personajes y que esto, a su vez, se transfieran hacia el público.

Centrado en lo más crudo de la Primera Guerra Mundial, dos jóvenes soldados británicos, Schofield y Blake reciben una misión, aparentemente imposible, de llevar un mensaje que podría impedir que cientos de soldados caigan en una trampa mortal. En una carrera contrarreloj, deben atravesar el territorio enemigo, sorteando todas las dificultades que encuentran tras su paso.

Schofield (George MacKay, izquierda) con sus compañeros soldados en "1917″, la nueva epopeya del cineasta ganador del Oscar Sam Mendes.

Entre responsabilidad y pánico estos dos jóvenes soldados buscan la mejor manera de cumplir con su misión a riesgo de sus propias vidas. Carente, quizás, de un tono épico, la idea de Mendes es que sus personajes traten de cumplir con la misión ocultando la parafernalia técnica de los posibles planos secuencias que al final lo que importa es que el público se concentre en el periplo de sus protagonistas.

En su plano actoral desde Mark Strong hasta Richard Madden, pasando por Colin Firth y Benedict Cumberbatch, son los actores Dean-Charles Chapman y George MacKay quienes toman la responsabilidad de cargar con el peso dramático de la historia manifestando una absoluta convicción con sus respectivos roles.

El extraordinario trabajo de Roger Deakins (Fargo, Sicario) con la cámara, es un salto importante en la utilización de los recursos que la misma puede aportar en el propio desarrollo favorable de la narrativa. A esto se le suma la musicalización de Thomas Newman que correcta en muchos momentos, tiende a sobrecargar ciertas escenas para ofrecer el sentido épico que las propias imágenes no poseen.

De todas maneras, este es un loable trabajo, un impulso sorprendente del tema bélico y de su forma expresiva como relato cinematográfico.