Yerba mate: cómo Siria se convirtió en el mayor comprador de este producto en el mundo

Omar Kassab nació en Siria hace 53 años y desde pequeño toma mate. El mate es una infusión con hojas de yerba mate, un árbol nativo de la selva Paranaense, que se extiende entre Argentina, Brasil y Paraguay.Los argentinos, uruguayos, paraguayos y brasileños son los consumidores más conocidos de esta bebida en el mundo.
Sin embargo, pese a que Siria está muy lejos de América del Sur, tomar mate se tornó una costumbre muy común entresus ciudadanos en las últimas décadas,como es el caso de Omar y su familia.Tal es el interés sirio por la yerba mate que el país de Medio Oriente es el mayor comprador de ese producto en el mundo. Pero ¿cómo llegó Siria a ser un gran comprador de yerba mate? Y ¿qué diferencias hay en la forma en que se consume?Historia de migración
La llegada del tío de Omar al país sudamericano forma parte de la inmigración de sirios y libaneses que comenzó mucho antes.Secalcula queciudadanos de estos dos países de Medio Orientecomenzaron a asentarse enArgentina entre 1860 y 1870.Según los registros irregulares de la época, por ese entonces llegaron unas 600 personas."Dado que los árabes llegaban con sus pasaportes otorgados por el Imperio Otomano (1299-1922), no se establecían diferencias entre ellos y los turcos. (Fue recién) en el censo nacional de Argentina de 1947 que aparecen finalmente tanto los sirios como los libaneses", señalan las investigadoras Solène Bérodot y María Isabel Pozzo en "Historia de la inmigración sirio-libanesa en Argentina desde la perspectiva completa del métissage (mestizaje)".
El censo de 1947 refleja que los sirios que vivían en Argentina en ese momento eran 32.789 y los libaneses, 13.505. "Los descendientes de árabes son hoy en día considerados como el tercer grupo de origen inmigrante en Argentina, después de los italianos y de los españoles", añade el informe publicado en 2011 por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), aunque subraya que el número exacto en la actualidad es difícil de obtener.
Esa migración de la comunidad sirio-libanesa a Argentina hizo que los intercambios culturales se produjeran en ambos sentidos. "Desde su llegada a Argentina, los emigrados del Imperio Otomano se acostumbraron a tomar mate, y los que retornaron a sus tierras exportaron el hábito", señala la investigadora francesa Hélène Desmet-Grégoire en su "Nota preliminar al estudio del código de bebidas en las comunidades sirias y libanesas de Argentina" (Note préliminaire à l'étude du code des boissons dans la communautés syrienne et libanaise d'Argentine).En busca de yerba mate
Tal fue la aceptación del mate en la cultura siria que la demanda de yerba en el país de Medio Oriente empezó a crecer."Yo llegué a Argentina por primera vez en 1986", cuenta Kassab. "Y vine porque tenía un hermano mayor y dos tíos que estaban aquí principalmente por la búsqueda de yerba"."Al principio, comprábamos yerba a las empresas locales y mandábamos a Siria. Pero después nos mudamos acá para empezar a mejorar la calidad de la yerba", explica a BBC Mundo.Durante el año pasado, Argentina exportó casi 40 millones de kilos de yerba, convirtiéndolo así en el primer país exportador del producto por encima de Brasil con 36 millones, según cifras del Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior brasileño.Vale aclarar que la exportación de yerba mate argentina al año representa un porcentaje muy pequeño en el total de las ventas de bienes del país. "Las exportaciones totales de bienes de Argentina en 2019 alcanzaron los US$61.500 millones. Y las exportaciones de yerba mate rondan los US$60 millones. Por ende apenas representan 0,1% del total de bienes exportados en el país", le explica a BBC Mundo Marcelo Elizondo, director de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI), de Argentina. Lo que llama la atención de las exportaciones de yerba mate del país es que el 80% de ellasva hacia Siria y Líbano. El primero compró 31 millones kilos de yerba en 2019 y el segundo completó con unos 751.000 kilos. Estos números convierten a Siria en el mayor importador mundial de yerba mate.Uruguay lo sigue muy de cerca ya que es un gran consumidor de la bebida, pero no produce la hoja. Uruguay le compró a Brasil, que es su principal proveedor, 30,5 millones de kilos de yerba mate en 2019, según datos enviados a BBC Mundo por Uruguay XXI, el organismo de promoción de inversiones, exportaciones e imagen de ese país, y la Secretaría de Agricultura de Brasil.
Sin embargo, que Siria sea el mayor comprador de yerba mate argentina no es nuevo. "Esto sucede hace más de una década", detalla el presidente del INYM argentino, Alberto Re. "Hay diferencia en la forma de procesamiento en la yerba mate entre Argentina y Brasil. Por suerte los sirios adoptaron lamaneraargentina", añade a BBC Mundo.Re hace referencia a que Brasil procesa aun más la hoja de yerba mate para que sea más fina, mientras que la de Argentina suele ser más gruesa y algunas marcas la comercializan con pequeños palos de la misma planta.
Si bien las cifras de exportaciones se mantienen año a año, la guerraen Siriacomplicó la negociación del producto.El conflicto bélico iniciado en 2011 ha causado devastación en muchas ciudades del país. Según datos de Naciones Unidas, 6,5 millones de sirios, de un total de unos 18 millones de habitantes, se convirtieron en refugiados en otros Estados mientras que 6,1 millones se vieron desplazados dentro del país.Según datos brindados por el INYM, entre 2013 y 2017 hubo una merma en las exportaciones de yerba mate a Siria, pero en 2018 se normalizó el suministro y marcó un récord, con la compra por parte de ese país de 34,5 millones de kilos."Tuvimos serias dificultades hace unos tres años atrás cuando se hizo muy difícil la venta de yerba a Siria porque toda la cadena logística de abastecimiento al mercado se dificultó por los bombardeos. Pero ahora se ha calmado un poco", asegura el ingeniero Re. Omar Kassab coincide: "La guerra afectó un poco, pero no se interrumpió (el comercio). Las situaciones de guerra siempre son pésimas por donde las mires".
Una costumbre con algunos cambios
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