Como entretenimiento posiblemente no esté a la altura de la película "Serpientes a bordo" -con Samuel L. Jackson y Elsa Pataky- pero los pasajeros de un vuelo de la aerolínea australiana Qantas pudieron presenciar fascinados cómo una serpiente librara su propia y dramática batalla.

Una pitón de 3 metros se pasó las casi dos horas que dura el vuelo entre la ciudad australiana de Cairns y Port Moresby, en Papúa Nueva Guinea, luchando por no soltarse del avión al que se había agarrado.

Pero, a pesar de sus esfuerzos, cuando el avión aterrizó, el equipo de tierra pudo comprobar que el animal no había sobrevivido a tan traumática experiencia.

Los pasajeros se dieron cuenta de que llevaban una serpiente a bordo a los 20 minutos del despegue, cuando una mujer alertó de la presencia del reptil a los demás pasajeros y a la tripulación.

Al principio sólo pudieron ver su cabeza, pero al intentar maniobrar para ponerse a salvo, todo su cuerpo quedó expuesto. El animal intentó una y otra vez resguardarse bajo el ala, pero el viento no le dio tregua.

La temperatura llegaba a los -12°C y el viento alcanzaba los 400 kilómetros por hora.

El cuerpo de la serpiente fue golpeado una y otra vez contra el motor, dejando rastros de sangre en la pintura blanca.

"No hubo pánico"

Avión de Qantas

Nunca hubo peligro ni temor de que la serpiente entrara a la cabina de pasajeros.

Uno de los pasajeros, Robert Weber, un diseñador residente en Cairns, dijo al diario local Sydney Morning Herald que "la gente del frente del avión no le prestó mucha atención al asunto, pero los pasajeros de atrás estaban totalmente enfocados en qué le pasaría a la serpiente y cómo había llegado hasta el avión".

"No hubo ningún momento de pánico, en ningún momento a nadie se le ocurrió que podría haber otras dentro del avión", añadió el pasajero.

El presidente de la Asociación Australiana de Ingenieros Aeronáuticos, Paul Cousins, declaró: "Aparentemente la serpiente se arrastró hasta el tren de aterrizaje, posiblemente se resguardó allí y desde ahí se subió al ensamblaje trasero.

Las pitones australianas son las serpientes más largas de Australia. Se alimentan de roedores y a menudo se esconden en lugares cerrados para emboscar a sus presas.

El ala de un avión pareció antojársele un lugar adecuado a esta serpiente en particular.