Cientos de cristianos protestan en varias ciudades de Pakistán después de uno de los más graves ataques contra esta comunidad religiosa en el que murieron más de 80 personas y unas 120 resultaron heridas.

Este domingo, dos atacantes se inmolaron a las puertas de la histórica Iglesia de Todos los Santos, en Peshawar, en el norte del país.

Cientos de fieles acababan de terminar la misa y dejaban en ese momento el lugar cuando explotaron las bombas.

No queda claro quién está detrás del ataque, después de que dos grupos insurgentes se adjudicaran el atentado.

Los grupos extremistas Jandullah y Junood ul Hifsa –ambos vinculados al Talibán pakistaní en el pasado– se adjudicaron el ataque y dijeron que lo ordenaron en represalia a los ataques con aviones no tripulados estadounidenses en las áreas tribales del norte de Pakistán.

Este es el último de una serie de ataques contra cristianos en Pakistán, que representan alrededor del 1,6% de la población, mayoritariamente musulmana, del país.

Indignados

Cristianos entierran a sus muertos en Peshawar

El ataque es uno de los más graves contra la comunidad cristiana en Pakistán.

Entre protestas e ira, familiares y amigos de las víctimas se disponían este lunes a enterrar a sus muertos en Peshawar.

En una tensa situación fuera de la iglesia donde tuvo lugar el atentado, decenas de personas se reunieron y exigieron mayor protección al gobierno.

El corresponsal de la BBC en Pakistán Shahzeb Jillani dice que el ataque ha indignado a muchas personas, pero que también hay una sensación de impotencia por la aparente incapacidad de las autoridades para impedir tales atrocidades.

El gobierno delaró tres días de duelo y líderes políticos y religiosos condenaron el ataque.

El papa Francisco dijo que los que realizaron el ataque hicieron una mala elección, de odio y guerra.

Conflicto sectario

Los insurgentes en Pakistán siempre han hecho de las minorías religiosas uno de sus objetivos. En los últimos años, la espiral de violencia sectaria se centraba entre chiitas y sunitas.

Pero también se han registrado brotes de violencia comunal en las zonas donde los musulmanes y los cristianos conviven. En marzo, los musulmanes en Lahore incendiaron decenas de hogares cristianos en respuesta a una acusación de blasfemia.

El ataque de este domingo ha sido descrito como el primer asalto de este tipo a los cristianos en la historia reciente.

Se cree además es el más mortífero contra los cristianos en Pakistán.