El canadiense Keri Wilk se llevó una desagradable sorpresa cuando estaba fotografiando a un cachalote en las aguas azules que rodean la Isla Dominica, en el mar Caribe.
Repentinamente él y otros tres buzos que lo acompañaban se vieron rodeados de una nube de materia fecal.
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"Al principio parecía como cualquier ballena defecando", explica Wilk.
"Pero en vez de continuar descendiendo hacia el fondo se quedó en la superficie y continuó defecando por un buen rato".
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Este "tornado de excrementos" se esparció en el agua por los movimientos de la cola del cetáceo hasta acabar en la boca de Wilk.
"Los cuatro nos miramos confundidos, luego miramos al cachalote, esperando que este segundo llamado de la naturaleza llegue a su fin", cuenta Wilk.
Sin embargo, el animal comenzó a subir y bajar la cabeza, girar en círculos y distribuir sus desechos en todas las direcciones posibles durante varios minutos, mientras los buzos observaban atentamente su comportamiento.
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Según explicó Wilk, la caca terminó expandiéndose por unos 30 metros alrededor del grupo.
"Al principio, el agua era de una tonalidad cristalina. Era la más idílica agua azul del Caribe que te puedas imaginar".
"Después de que el cachalote despidió una ola de heces y las removió vigorosamente, el agua parecía chocolate con leche".
"Puse mi mano frente a mí y no podía verla".
"Tenía caca en mis ojos, boca, en mi traje de buzo, por todos lados. Estaba empapado de la cabeza a los pies".
"Por las dudas, cuando volví a la costa ese día, me di una ducha mucho más larga".
Esta "explosion" de materia fecal es, aparentemente, un raro mecanismo de defensa que emplea el cachalote cuando se siente amenazado.
"Nunca había escuchado que ocurra algo así, y no conozco a nadie al que le haya pasado".
"Puede que sea la primera vez que se haya documentado fotográficamente".
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