Ucrania y la nueva Guerra Fría entre Rusia y la Unión Europea

Con el gesto simbólico de tumbar la efigie del líder revolucionario soviético, quienes se agolparon en las calles de Kiev-tras semanas de protestas por la decisión del gobierno de posponer un acuerdo con la Unión Europea (UE)- pretendían ratificar la dirección en la que quieren que gire su país: lejos de Moscú y más cerca de Bruselas. A su vez, ese destino soñado también resulta simbólico si se analiza en el marco más general de Europa, pues en Ucrania -el segundo país más grande del continente- se desarrollan a gran escala los dilemas que también han afectado a otras naciones que pertenecieron a la esfera soviética. Dilemas que han llevado a una situación delicada como la que se experimentó en la noche de este martes en Kiev, cuando centenares de agentes de policía ocuparon parte de la plaza céntrica en donde se habían establecido los manifestantes del fin de semana. En Europa Oriental, esa región inestable donde las áreas de influencia quedaron permeables tras el colapso de la Unión Soviética, varios países han terminado por comportarse como criaturas de dos cabezas que deben tomar partido en un conflicto de intereses entre la Unión Europea y Rusia. Con una de esas cabezas se dejan tentar por los beneficios políticos y comerciales que ofrece Bruselas y con la otra estudian lo que pretende el gobierno de Vladimir Putin para incluirlos en su propio bloque económico. Algunos ya tomaron partido, como las naciones del Báltico que pertenecen a la UE o Bielorrusia y Kazajistán, que están férreamente vinculados a Rusia. Pero otros, como Ucrania o Moldavia, se debaten vigorosamente entre los dos mundos.
Los premios de Europa
Los eventos en Ucrania
- Noviembre 21: el gobierno suspende preparaciones para firmar el acuerdo de asociación con la UE. Se registran las primeras protestas.
- Noviembre 28-29: Se desarolla la cumbre de la UE en Vilna, Lituania, sin que Ucrania inicie el acuerdo.
- Noviembre 30: Violencia policial genera protestas mayores en Kiev. Cientos de miles salen a las calles en los siguientes dos fines de semana.
- Diciembre 8: Una protesta masiva termina con el derrumbe de la estatua de Lenin.
- Diciembre 10: La policía se dispone a reocupar el centro de Kiev.
¿Ganó o perdió la Unión Europea?
El rechazo de Ucrania al acuerdo de asociación con la Unión Europea fue interpretado ampliamente como un problema para esta última, que ha puesto muchas esperanzas -y mucho dinero- en la posibilidad de acercarse a los países que pertenecieron a la esfera soviética. Las esperanzas de la UE de lograr un acuerdo que contara con el país más importante del bloque, Ucrania, habían sido altas y por ello la decepción también fue importante. Algunos hablan incluso de que la UE se confió demasiado en su influencia. Pero en medio de las críticas también han aparecido voces contrarias. Las protestas en Kiev, donde muchos están ondeando la bandera de la UE, han ratificado que las políticas europeas tienen un poder importante de atracción. En épocas en que esas mismas banderas son quemadas en países como Grecia por las dificultades socioeconómicas, el pedido europeo de los manifestantes ucranianos ha servido en opinión de los más optimistas para reforzar los ideales que fundamentan el proyecto europeo.
Rusia juega dos cartas
A Rusia evidentemente no le interesa que su zona de influencia estratégica se vea reducida y considera, como la Unión Europea, que involucrar a los países que antes eran soviéticos es de vital interés nacional. En ese juego, Putin -como Yanukovych- también ha puesto sobre la mesa dos cartas a la vez. Por un lado se ha encargado de establecer una serie de presiones económicas sobre algunos de los países. Son medidas temporales que ayudan a Moscú a inclinar la balanza en su favor, pero que no descarrilan radicalmente las economías, pues esto terminaría por afectar también a Moscú. Frente a Ucrania, por ejemplo, detuvo importaciones e impuso restricciones comerciales. Como le dijo a la BBC el ministro de energía de ese país, Eduard Stavitsky, en el último año el comercio con Rusia cayó en 25%.Putin y Yanukovych se reunieron para hablar de un "tratado de asociación estratégica".
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