“Si no resolvía mi vida esa noche, me ahorcaba”: la increíble historia del traficante de drogas que acabó actuando en uno de los teatros más prestigiosos del mundo
Un camino improbable
Pero nada fue fácil para Balogun. "Al principio pensé que tenía una vida normal, iba a la escuela y tenía amigos. Hasta que empecé a notar que ciertas cosas no estaban bien. Mi padre no estaba. Mi madre se iba de vacaciones frecuentemente y yo estaba solo con mis hermanas en la casa", cuenta Balogun al programa Outlook de la BBC. Hasta que un día, cuando tenía unos 7 años, su madre terminó en prisión por vender droga. "Que mi madre fuese a la cárcel fue el fin del mundo para mí", dice.Y él, desde muy joven, corrió con la misma suerte. "La primera vez que caí en prisión fue por robar porque no tenía que comer".Recuperación fallida
Balogun asegura que intentó muchas veces salir del mundo de la delincuencia. "En una oportunidad quise recuperarme y me postulé a un trabajo en un banco hasta que eventualmente descubrieron que estuve preso" y perdió el empleo.Entonces regresó a lo que mejor sabía hacer: vender drogas. "Pero hubo incidentes y termine preso nueve años", le dice a la BBC."Cuando miro hacia atrás no puedo creer que yo era esa persona. Lo que hice fue estúpido, peligroso y repugnante y tengo un gran remordimiento", añade.Otra oportunidad
Michael Balogun tuvo una segunda oportunidad en la cocina del restaurant Clink en Londres, un espacio en el que se ayuda a presos a desarrollar habilidades culinarias para que cuando dejen la cárcel puedan tener una salida laboral. El personal está compuesto por prisioneros pero los clientes son personas del público en general.Echarlo a perder
Pero una vez más, hubo otro episodio de autodestrucción en la vida de Balogun. "Me estaba yendo bien, estaba trabajando, haciendo dinero y me quedaban seis meses para obtener la libertad. Entonces introduje un teléfono en la prisión para hablar con mis amigos en la noche", relata. Era algo prohibido. Y lo descubrieron. "A la mañana siguiente no me dejaron salir, tuve que volver a la cárcel normal, me cortaron todos mis privilegios. Estaba destruido y traumatizado". Y empezó a tener episodios de psicosis. "Me mudaron a una celda individual y ahí tome una decisión. Si no resolvía mi vida esa noche en la cárcel, me ahorcaba".Objetivo
En su estadía en la prisión, una de las psicólogas empezó a llevarle obras de teatro para que las leyera, entre ellas varias de William Shakespeare. "Veía muchos paralelismos entre mi vida, la de los que me rodeaban y las obras de Shakespeare", cuenta. En ese momento comenzó a soñar con tomar clases en la RADA. Sabía que ese camino tampoco sería fácil ya que miles de personas se presentan cada año para ser admitidas y solo eligen a 28 estudiantes. "No puedo explicarlo, yo solo me veía ahí como alumno", asegura.Echarlo a perder… otra vez
Cuando Balogun volvió a conseguir la libertad, su propósito era ganar dinero para pagar sus estudios en actuación. "No sabía que podía pedir un préstamo estudiantil. Así que pensé:vendo drogas por un tiempo, ahorro dinero y luego dejo todo".Y otra vez volvió a prisión Ese fue el momento en el que tocó fondo. "Si quiero cumplir este sueño, tengo que dejar ese mundo atrás. Desde ese día, se acabó", asegura.Determinación
Después de 6 meses consiguió la libertad y pidió ser admitido en varias escuelas de actuación "Cuando fui a la audición en RADA, interpreté a Casio en la obra Julio César, de Shakespeare. Era el discurso en el que trata de convencer a Bruto que tiene que matar a Julio César". Pero su actuación no convenció, cuenta. "Entonces hice Enrique V, (W. Shakespeare). Actuéel monólogo como si se lo estuviera contando a mis amigos en prisióny ahí vi como la mujer de la audición me miraba maravillada. Después de eso me ofrecieron un lugar", relata.Ahora puedes recibir notificaciones de BBC Mundo. Descarga la nueva versión de nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.
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