Las relaciones entre Estados Unidos y México, desde que asumió el presidente Donald Trump el pasado 20 de enero, se encuentran en aguas turbulentas por cuentas de temas como la construcción del muro entre ambos países y la intensificación de las deportaciones desde EE.UU.
Y una de las ciudades que más ha sentido el temblor de las tensiones es la capital del país, Ciudad de México, que recibe a la mayoría de los inmigrantes que son deportados desde EE.UU. bajo el nuevo gobierno estadounidense.
Desde la llegada al poder de Trump, la capital mexicana ha acogido a más de 500 repatriados.
Así lo afirma el jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, quien el mes pasado declaró a la Ciudad de México una "ciudad santuario", para los migrantes que son enviados de regreso desde EE.UU.
"Nosotros tendremos que decirle a nuestros migrantes que pueden regresar aquí a la ciudad y que nosotros vamos a trabajar con ellos", explicó el alcalde a varios medios locales.
Sobre este y otros temas de relevancia, como la inminente construcción del muro entre ambos países, Mancera conversó con la jefe de corresponsales de la BBC, Lyse Doucet, para el programa Newshour.
Usted declaró a Ciudad de México "ciudad santuario" para los indocumentados que son deportados de EE.UU., ¿qué tipo de preparación ha realizado para recibir a estas personas?
Ciudad de México está recibiendo a varios de los migrantes. Después de nuestra manifestación como ciudad santuario, hemos recibido un poco más de 500, de los cuales varios se han enviado a las ciudades de origen. Pero Ciudad de México da las primera asistencia de vestido, alimentación, hospedaje. Acabamos de echar a andar una política para pagar la primera llamada de larga distancia que hacen los deportados a sus familiares que quedaron en EE.UU. Y después pagamos el pasaje para que ellos lleguen a su sitio de origen.
Pero independientemente de esto, Ciudad de México tiene una iniciativa en la que vamos a trabajar con los gobernadores de otros estados y ciudades de México. Nos vamos reunir en Los Ángeles y ahí vamos a dar a conocer una red de gobernadores de México que estarán trabajando en Estados Unidos para asesorar y defender a los migrantes.
Los consulados, casas o clubes de migrantes serían los tres soportes, algunos de los cuales se están formando y que tienen que ver con dreamers.
Otro anuncio, que les doy aquí en exclusiva, es que la Ciudad de México va a acreditar el inglés de los dreamers que regresen a México. Porque por supuesto hablan el idioma pero, cuando buscan empleo, no les reconocen su nivel de inglés. Va a ser un certificado como el TOEFL, que confirme a un empleador potencial sus habilidades con el idioma.
¿Cómo sería el impacto de las deportaciones masivas hacia Ciudad de México?
En el gobierno de Barack Obama se estima que tuvimos deportaciones de dos millones a tres millones de personas. Sabemos que nos vamos a enfrentar a un número similar ahora. No todo se concentrará en Ciudad de México.
Cada uno de los estados está tomando medidas para tener una capacidad de recepción. Y lo que necesita México es generar mayor economía interna, para tener mayor demanda y más oportunidades de empleo. Estamos conscientes de ello y todos los estados estamos intentando generar más empleo, porque va a haber una gran demanda del mismo si llegan muchos de regreso.
¿Puede tener un efecto negativo?
Sin duda, es un reto. Está clarísimo que es un reto. El número de deportados es algo que todavía puede ser mayor, de acuerdo a las propias palabras de Trump. Pero si nosotros apuramos el desarrollo de la economía interna, ésa podría ser una de las soluciones más a corto plazo.
Tanto en Ciudad de México como otros estados del país tenemos una capacidad, una reserva para poder dar atención a muchos de los inmigrantes deportados.
Ahora, si esto fuera una deportación masiva, tal como ha amenazado Trump, entonces sí pondría en una situación muy difícil al país, sin duda alguna.
Trump argumenta que los deportados son pandilleros, delincuentes, criminales. ¿Qué proporción de ellos encaja realmente en ese perfil?
En los hechos, él ha deportado a personas con faltas que son de policía y buen gobierno, esto es sanciones por acumular multas del tráfico o conducir con exceso de velocidad, por ejemplo.
La otra parte, nosotros la entendemos. Pero algo que no está haciendo -y realmente esperamos que para eso funcione su muro- es detener el traslado de armas desde su país, que ésas sí llegan a las manos de las bandas organizadas.
En este punto particular, yo diría que no todas las personas que está deportando son de este tipo que él ha descrito, sino que muchas son personas que han cometido faltas administrativas.
Usted dice que este muro podría tener un impacto positivo para México entonces…
Yo creo que Estados Unidos tiene todo el derecho a hacer lo que quiera del otro lado de la frontera. No es lo recomendable para una relación de buena vecindad.
Creo que algo que puede ser muy delicado para EE.UU. es la violación de los derechos humanos, como ha sido la separación de las madres de sus hijos, de los padres de sus hijos (cuando se separan las familias por deportaciones). Yo creo que esos casos seguirán documentándose e irán teniendo un impacto muy negativo en su expediente de derechos humanos.
Ahora, todavía falta ver cómo van a pagar por este muro y si el Congreso lo va a aceptar. Porque las medidas que ha anunciado para pagar el muro, desde mi punto de vista, no son fáciles. Incrementar los impuestos (de frontera), como él lo está planteando, no sólo afectaría a las empresas mexicanas sino a todas en general.
Pensar en un impuesto, que en México se conoce como IVA, esa podría ser otra de sus estrategias.
Pero por ahora para México el muro significa lo que él ya ha planteado: que no quiere tener una buena relación con el país vecino. Eso es lo que se lee en nuestro país.
Usted ha dicho que hace falta un presidente firme en México para defender los intereses del país sobre este tema, ¿eso significa que se va a presentar como candidato presidencial a las elecciones en 2020?
Se tiene que defender a los mexicanos, defender la economía de México. Creo que hasta ahora no se ha valorado todo lo que significa México para la economía de Estados Unidos. Hay que hacerlo con una estrategia cuidada, porque no podemos negar que tenemos un vecino con una de las economías más potentes del mundo y con la mayor capacidad militar.
Y no se trata de pelear con Sansón a las patadas. Pero sí se trata de generar riqueza dentro del país y de fortalecer la economía interna para hablar con otros mercados.
Se ha dicho varias veces, que México debe voltear hacia el sur y debe encontrar otras posibilidades de relación.
¿O sea que si va a ser candidato?
Sí. Lo seré.