Le decía "papá" al mismo hombre que terminó de un balazo su vida a los 10 años.

El sábado finalizó trágicamente una búsqueda que estremeció a Uruguay: la del pequeño Felipe Romero, quien había sido secuestrado por Fernando Sierra, el entrenador de su club de fútbol con el que tenía una relación tan cercana que se habían ido de vacaciones juntos y lo llamaba "papá".

Tan cercana también como para que la psicóloga que estaba tratando al menor, luego de detectar comportamientos extraños, le recomendara a su madre que dejara de verlo, según le confirma a BBC Mundo María del Carmen Romero, tía de Felipe.

Sin permiso de la madre, Sierra fue a buscar al menor a su colegio el jueves. Fue lo último que se supo de ellos hasta el sábado, cuando los encontraron sin vida en una quebrada a unos 150 kilómetros de Montevideo.

Según confirmó Erode Ruiz, jefe de policía de Maldonado, la localidad donde vivían ambos, Sierra le disparó al menor y luego se suicidó.

Unidos por el fútbol

Felipe es hijo del conocido exfutbolista local Luis Romero, quien era un "padre ausente", según el testimonio que su madre, Alexandra Pérez, le dio al diario El País de Uruguay. "No es tan así", objeta María del Carmen Romero en conversación con BBC Mundo.

Sierra conoció a Felipe en 2015, a través del Club Defensor de Maldonado, equipo de baby fútbol del que era entrenador y donde jugaba el menor.

Y a pesar de que Sierra estuvo a cargo del grupo de Felipe muy poco tiempo, comenzaron una estrecha relación.

"Lo llevaba y lo traía de las prácticas, de los partidos, andaba con él para todos lados, lo trataba como si fuera un hijo y Felipe lo trataba como si fuera su papá. Más de una vez le dijo papá", le dice a BBC Mundo Miryam Sosa, dirigente del Club Defensor Maldonado a cargo de la división de baby fútbol.

Sierra, quien hasta su muerte se seguía desempeñando como entrenador del club, se presentaba como un "amigo de la familia", según cuenta Sosa, por lo que a nadie le extrañó la cercanía.

"Fernando siempre fue una persona tranquila, muy correcto, muy educado con los chiquilines, muy respetuoso. Nada hacía pensar que pudiera pasar una cosa de estas", asegura la dirigente en comunicación telefónica con BBC Mundo.

Sierra participaba en reuniones de la escuela de Felipe, lo iba a buscar y a dejar e incluso viajó, con permiso por escrito de los dos padres, a Brasil con el niño, de vacaciones.

María del Carmen Romero le aclara a BBC Mundo que el padre autorizó el viaje porque la idea inicial es que fuera toda la familia, es decir, Felipe con su madre, su hermana y Sierra.

"Me mato"

Sierra se convirtió en el modelo paterno de Felipe, hasta que después de uno de los viajes que hicieron juntos la psicóloga del niño llamó a su madre.

"Vio pautas en Felipe que indicaban que algo no estaba bien", le contó la madre a El País. La profesional también le recomendó que no dejara más a Felipe a solas con el entrenador.

Fue entonces cuando Pérez lo encaró.

El miércoles, mientras Sierra estaba en la cancha del club y Felipe también estaba entrenando, según confirma Miryam Sosa, la madre de Felipe se llevó a Sierra a un lado y conversaron a solas.

"Mirá Fernando, las psicólogas me advirtieron que no podés volver a estar a solas con Felipe. Tomalo como quieras. Pero tenés que aceptar esto que te estoy planteando. Te lo pido por favor", aseguró Pérez que le dijo, citada por el diario El País.

"Si no puedo ver más a Felipe me mato", fue la respuesta del entrenador, según la madre.

El jueves Sierra fue a buscar al niño al colegio. A nadie le extrañó, era lo habitual.

El peor desenlace

El caso conmocionó a Uruguay completo. Comenzaron campañas en redes sociales y los amigos de la familia se ofrecieron de voluntarios para participar en la búsqueda del menor con la policía.

Y al conocer el trágico resultado, fue el propio Ministerio del Interior el encargado de dar la noticia.

"El peor desenlace tuvo la búsqueda de los desaparecidos", comunicó el Ministerio del Interior de Uruguay a través de su cuenta de Twitter.

"Lamentablemente en la mañana de hoy un equipo de rastreo ubicó en una quebrada de las sierras de Villa Serrana los cuerpos sin vida".

La noticia tiene a toda la ciudad conmocionada. "En Maldonado nos conocemos casi todos. Nunca hubiéramos imaginado una situación así", remata Miryam Sosa sin poder contener la emoción.