"Un dolor de cabeza".
De esa forma define Knox Thames, exfuncionario del Departamento de Estado de Estados Unidos, los incidentes que involucran a grupos de misioneros en distintos países y con los que las embajadas estadounidenses deben lidiar.
Se refiere a sucesos como el de las 17 personas que desde el 16 de octubre permanecen secuestradas en Haití y por cuya liberación sus raptores piden US$17 millones.
Entre los 17 se encuentran miembros de Christian Aid Ministries (CAM), una organización con sede en Ohio, que mientras viajaba en autobús fue sorprendido por los secuestradores en un barrio del este de Puerto Príncipe, la capital.
Pero los expertos consultados por BBC Mundo dicen que este no es un caso aislado.
Por la naturaleza de su trabajo en otros países, los grupos cristianos estadounidenses se ven envueltos con frecuencia en situaciones de vida o muerte, son expulsados de sus misiones o, como en esta ocasión, acaban secuestrados.
"Esto causa enormes problemas para los diplomáticos que tienen que resolver sus casos", le dice a BBC Mundo Thames, ex consejero especial de religiones minoritarias para el Departamento de Estado de Estados Unidos.
Ayuda humanitaria y proselitismo
Este tipo de organizaciones cumple sobre todo una función humanitaria.
En Estados Unidos, explica la académica Melani McAlister, del Departamento de Estudios Americanos de la Universidad de George Washington, la donación de dinero y asistencia humanitaria se canaliza muchas veces a través de organizaciones no gubernamentales (ONG) que con frecuencia son asociaciones cristianas.
Según McAlister, "muchos de estos grupos se limitan a proveer comida o cuidados sanitarios, y otros, además de esto, también se dedican a hacer proselitismo", le cuenta a BBC Mundo.
Proselitismo es el empeño por ganar adeptos para una causa o doctrina, en este caso la religión.
"Las mayores dificultades se encuentran cuando los grupos cristianos hacen proselitismo en países de mayoría musulmana o hindú o en países donde (esa actividad) no está permitida. En esos casos les revocan las visas y los expulsan del país", le dice a BBC Mundo Todd Johnson, director del Centro para el Estudio de la Cristiandad Global, un centro de investigación académica con sede en Boston.
En su página web, Christian Aid Ministries además de informar sobre su asistencia humanitaria, también destaca un programade difusión de la Biblia con la que lleva "la palabra de Dios a cuantas manos sea posible".
Es un programa proselitista, de acuerdo a McAlister, aunque se desconoce cuál era la actividad que el grupo de misioneros secuestrados estaba desempeñando en Haití.
La Christian Aid Ministries la integran grupos e individuos de la comunidad amish, menonitas y anabaptistas.
"Haití es mayoritariamente católico. Muchos protestantes y otros grupos cristianos tienen interés en convertir católicos, así que no me sorprendería que CAM estuviera haciendo proselitismo en Haití", dice McAlister.
"Al margen de sus propósitos, lo que sucede es que este tipo de organizaciones están en primera línea de labores importantes y con frecuencia (sus miembros) pueden ser secuestrados, asesinados o arrestados", dice Thames.
BBC Mundo contactó a CAM y le consultó sobre la naturaleza de su trabajo en Haití y los riesgos potenciales a los que se enfrentan por ello, pero no obtuvo respuesta a esas preguntas. Y también se comunicó con otras organizaciones cristianas relevantes, pero no quisieron hacer comentarios al respecto.
Historial de incidentes
"Cada año, se escuchan historias sobre misioneros yendo a lugares que no deberían", dice McAlister. Y a veces no acaban de la mejor forma.
En 2018, el joven misionero estadounidense John Chau murió por flechazos tras contactar de forma ilegal a una tribu aislada en la isla Sentinel del Norte, en India.
El mismo año, Joshua Holt, un mormón estadounidense, fue liberado tras dos años en prisión en Venezuela luego de que se le acusara de posesión ilícita de un arma de guerra.
Estados Unidos recomienda no viajar a ese país sudamericano por el "arresto y detención de ciudadanos estadounidenses sin garantías de un proceso o juicio justo o como pretexto por un propósito ilegítimo".
Y tanto Johnson como McAlister mencionan situaciones en las que grupos de misioneros han sido expulsados de países en los que han violado leyes antiproselitistas.
Incidentes de este tipo han hecho que la relación entre los diplomáticos estadounidenses y estos grupos sea a veces problemática.
"Por experiencia sé del escepticismo de los unos hacia los otros. No se entienden. Los misioneros no confían en los diplomáticos, cuya función es precisamente resolver sus problemas", añade Thames.
Se refiere a las situaciones con las que, como parte de su trabajo, deben lidiar a veces los diplomáticos en el exterior: casos que involucran a ciudadanos estadounidenses que violan leyes o se exponen a situaciones de riesgo.
"Lugares más hostiles que agradables"
El Departamento de Estado de EE.UU. tampoco recomienda viajar a Haití por riesgo de posibles secuestros, crímenes, disturbios civiles y posibilidad de contraer covid-19.
"A pesar de estas recomendaciones, seguirás encontrando estadounidenses allí. Los misioneros con frecuencia están en lugares más hostiles que agradables. En Haití fueron objetivo fácil", dice Thames.
Los expertos consultados por BBC Mundo coinciden en que es poco probable que la naturaleza del trabajo de CAM en Haití haya sido el motivo del secuestro.
Lo más seguro, opina Johnson, es que "hayan sido secuestrados porque eran claramente de otro país con muchos más recursos".
"Pero que no hayan sido secuestrados por su religión no quita que se encontraban en un lugar peligroso a causa de su fe. Puede que hayan cometido errores estratégicos, pero yo no estaba allí para asegurarlo", complementa.
Los grupos amish, como los que integran CAM, no son especialmente conocidos por su riqueza.
Al contrario, se caracterizan por llevar un estilo de vida simple. Visten sencillo, son pacíficos y valoran la vida rural por encima de los avances tecnológicos.
Pero en un país como Haití, el más pobre del hemisferio occidental, muchos los ven como estadounidenses y los asocian a riqueza, coinciden los expertos entrevistados por BBC Mundo.
Precedentes peligrosos
Los expertos prevén que será difícil evitar que este tipo de incidentes siga sucediendo.
Como apunta Thames, "Estados Unidos no puede impedir que sus ciudadanos viajen donde quieran".
Sin embargo, una vez que se dan situaciones como el secuestro de estos misioneros, la resolución tampoco es sencilla y "puede sentar precedentes peligrosos".
"Si se paga lo que pide la pandilla, si gana millones de dólares, sabrá que secuestrando estadounidenses se hace dinero. Nos verán como un cajero automático", dice el experto.
"Al mismo tiempo, si no se paga lo demandado, las víctimas pueden permanecer secuestradas durante semanas, meses o años", agrega.
En abril de este año, la banda llamada 400 Mawozo secuestró a 10 personas en el mismo distrito de Croix-des-Bouquets donde los miembros de CAM fueron raptados.
Entre esas 10 personas se encontraban siete miembros del clero católico incluyendo a dos ciudadanos franceses. El grupo fue finalmente liberado a fines de abril.
Al igual que ahora, los secuestradores exigieron un rescate millonario, pero se desconoce si se pagó.
Mientras, las autoridades haitianas, con apoyo del Buró Federal de Investigaciones (FBI) y funcionarios estadounidenses continúan trabajando en la liberación de los misioneros raptados el 16 de octubre en uno de los países con más secuestros del mundo.
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