No tenía experiencia, sólo sabía que quería tener su propio negocio.
Pero eso fue en 2006. En una Europa sumida en una crisis económica, esa historia suena hoy como un cuento de hadas para empresarios.
Estos particulares ángeles
Un ángel en este contexto es un individuo rico que invierte su propio dinero en un negocios con potencial, a cambio de una participación.
Lo hacen cuando la empresa está en sus etapas iniciales y aún no tiene facil acceso a fuentes financieras convencionales.
Cada vez es más común que este tipo de inversores se organicen en "clubes de ángeles" o "redes de ángeles" para compartir sus investigaciones y unir su capital.
Tras estudiar y trabajar como agente de ventas para el gigante de alimentos francés Danone durante tres años, Menz había notado una brecha en el mercado.
"Me gustaba invitar a amigos a cenar pero realmente no sabía cómo cocinar. Por eso fue que lancé Cook & Go", recuerda al conversar con Anthony Reuben de la BBC.
El concepto es enseñar a hacer comida casera sencilla, en vez de las técnicas gourmet que ofrecen en muchas otras escuelas de culinaria.
El primer local en Lyon logró ganancias en dos años, momento en el cual Menz empezó a buscar fondos para abrir otro en París, pero fue entonces que llegó la crisis financiera.
Ángeles de los negocios
Dadas las dificultades para obtener el dinero para realizar sus planes, en vez de acudir al banco, Menz recurrió a los ángeles de los negocios, conocidos también como inversores angelicales o ángeles inversionistas, que son individuos en busca de oportunidades de inversión.
Consiguió US$463.000 con ellos en 2009 para abrir dos locales en París. En 2010, obtuvo de la misma forma un millón de dólares para abrir escuelas en otros lugares de Francia y otro millón de dólares en 2011, que le permitió abrir una en Nueva York en 2012.
"Los ángeles de los negocios invierten en alguien en quien confían, pues no quieren perder su dinero, y les gusta entender el proyecto y que les despierte interés", explica Menz.
Pero si Jean-Christophe Menz se llamara Luis Hernández y viviera en el continente americano, ¿podría hacer lo mismo?
Depende de dónde
Si nuestro empresario ficticio viviera en Estados Unidos tendría la mejor posibilidad de lograr lo que consiguió Menz en Francia.
Según un informe elaborado por la escuela de dirección de empresas IESE de la Universidad de Navarra para el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), miembro del Grupo Banco Interamericano de Desarrollo (BID), EE.UU. es pionero en el campo de inversiones ángel.
Perfil de un ángel
El perfil del inversor privado descrito más habitualmente indica que se trata de un individuo de sexo masculino, entre 40-60 años, con una amplia experiencia empresarial y ejecutiva, que posee un patrimonio acumulado a lo largo de su trayectoria y una disponibilidad para invertir (y perder) entre un 5% y un 20% de su patrimonio en empresas con potencial de crecimiento
Fuente: FOMIN/BID
"Se estima que en Estados Unidos son la principal fuente de financiación para las empresas tecnológicas en fases tempranas", dice el informe, publicado en febrero de 2013.
Efectivamente, en ese país "hasta un 60% de las empresas tecnológicas con potencial de crecimiento han tenido un inversionista ángel", le dice a BBC Mundo Amparo de San José Riestra, quien escribió el informe "Las redes de inversionistas ángeles en América Latina y el Caribe".
Para tener una idea de las cifras que se manejan, aunque la magnitud de las inversiones ángel son, por su naturaleza, difíciles de calcular, los investigadores estiman que la financiación "en cada una de las empresas varía entre US$10.000 y US$500.000, situándose la inversión media en el entorno de US$200.000″.
Pero si Luis Hernández viviera más al sur del continente, sus oportunidades se reducirían.
Existen aproximadamente 340 redes en EE.UU. mientras que en América Latina y el Caribe hay 21, revela el estudio.
"En la actualidad se constata que no existen redes en todos los países, siendo Argentina, Chile, Colombia y México los países que disfrutan de más de una red activa", dice el estudio.
Pronóstico favorable
El fenómeno en la región es todavía incipiente. Sin embargo, asegura San José, tiene posibilidades de crecer.
"Está claro que los números de América Latina aún son aún muy bajos, como lo eran por otra parte hace 10 años en otros países europeos. Pero Latinoamérica tiene una población creciente de empresarios y emprendedores formados en EE.UU. y con experiencia internacional, que pueden convertirse en inversionistas".
"La experiencia que estos empresarios pueden llevar a las empresas latinoamericanas en las que invierten es enorme y ayudará a las empresas a expandirse por mercados mayores del país en el que surgen", agrega.
Y los primeros pasos ya están dados, según expertos como Susana García-Robles, del Multilateral Investment Fund.
"Antes, América Latina estaba creciendo en el segmento más consolidado de la industria, el capital privado, y era difícil encontrar inversionistas ángeles, fondos semilla y fondos de capital riesgo", le señaló a BBC Mundo.
"Ahora, los inversores se están dando cuenta de que si no respaldan la fase inicial de la cadena de financiación, tarde o temprano se acabarán las empresas maduras con la estrategia y gestión corporativa correcta y la transparencia financiera requerida en las cuales puedan invertir".
"Parece haber un esfuerzo renovado para centrarse en el espíritu empresarial y la etapa temprana, de muchas maneras impulsado por las actividades y los gobiernos del FOMIN que entienden que las economías impulsadas por la innovación tienden a ser las más competitivas", dice García-Robles.
El pronóstico entonces parece ser que más ángeles volarán por los cielos latinoamericanos.