El presidente colombiano Juan Manuel Santos anunció este viernes que había ordenado el regreso a Colombia de los negociadores que adelantan conversaciones de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, "inmediatamente".

"En este proceso el que decreta las pausas y pone las condiciones no son las FARC… reanudaremos las conversaciones cuando lo consideremos apropiado", dijo el mandatario, luego de que el grupo guerrillero anunciara la suspensión temporal del diálogo que ambas partes sostienen desde noviembre.

Según el corresponsal de BBC Mundo en Bogotá, Arturo Wallace, la decisión de Santos de llamar a los negociadores sume al diálogo en su peor crisis desde que iniciaron las conversaciones, hace nueve meses, pues hasta el momento ninguna de las dos partes se había levantado unilateralmente de la mesa.

"Pero es importante tener claro que se trata de una suspensión, no de la ruptura de las conversaciones", explicó Wallace.

"Y, a primera vista, el problema parece ser más un asunto de forma que de fondo. No parece ser un problema irreparable", agregó nuestro corresponsal.

Propuesta de referendo

La crisis empezó a fraguarse el jueves luego de que Santos enviara al parlamento un proyecto de ley que permitiría realizar un referendo para validar cualquier acuerdo de paz con las FARC junto con las elecciones presidenciales del 25 de mayo de 2014, o las parlamentarias del 9 de marzo, también del año entrante.

Pero las FARC, que sostienen que el mecanismo de refrendación debe ser una Asamblea Constituyente, reaccionaron anunciando una pausa "para centrarse exclusivamente en el análisis de los alcances de la propuesta".

El grupo guerrillero luego aclaró que eso no significaba que se estaban "levantado de la mesa" o retirándose de las negociaciones.

"Es importante tener claro que se trata de una suspensión, no de la ruptura de las conversaciones"

Arturo Wallace, corresponsal de BBC Mundo en Bogotá

Y, según varios reportes de prensa, los rebeldes tenían la intención de retomar el diálogo el próximo lunes.

Santos, sin embargo, no parece estar dispuesto a cederle la iniciativa a la guerrilla ni mucho menos a aparecer como débil ante la opinión pública colombiana.

"(Vamos) a evaluar el alcance de ese comunicado, el alcance del comportamiento de las FARC frente a iniciativas que lo único que están buscando es acelerar la solución de este conflicto", dijo el mandatario en un mensaje que, según nuestro corresponsal, parece estar dirigido tanto a las FARC como a los sectores de derecha que se oponen al diálogo y lo acusan de ser demasiado blando con los guerrilleros.

"Terrorista FARC ha impuesto condiciones al (gobierno) desde hace tres años", denunció por ejemplo el expresidente Álvaro Uribe, uno de los más fieros críticos del proceso.

"Impuso la condición de impunidad a criminales incluida en el Marco para la Paz; impuso la condición de tratar a los criminales como actores políticos", dijo Uribe este viernes a través de su cuenta de Twitter.

Según Wallace, la dura reacción de Santos tomó a Colombia por sorpresa, pues la respuesta original del mandatario al comunicado de las FARC había sido mucho menos agresiva.

"Perfectamente legítimo y válido que los estudien, pero el tiempo pasa y la paciencia del pueblo colombiano tiene su límite y tenemos que seguir avanzando en las conversaciones", había dicho Santos en un acto público celebrado más temprano.

"El Gobierno continúa en la Mesa de Diálogo. El diálogo no se ha roto. Se espera que el tiempo que dediquen las FARC al estudio del proyecto de ley sea breve para retomar pronto las conversaciones", había dicho por su parte el jefe negociador gubernamental Humberto de la Calle.

"Pero todo parece indicar que luego de pensarlo mejor, Santos decidió que tenía que actuar más enérgicamente", dijo Wallace.

"Ahora habrá que esperar para ver cómo le sale la jugada", concluyó.