Vladimir Putin

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El anuncio se produce en medio de una de las peores crisis diplomáticas de los últimos años entre Rusia y Occidente.

El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, anunció el jueves que expulsará a 60 diplomáticos estadounidenses en respuesta a una medida similar adoptada por Washington por el caso del envenenamiento del exespía ruso Sergei Skripal y su hija con el agente nervioso Novichok en Reino Unido.

Lavrov agregó que Rusia cerrará el consulado de Estados Unidos en San Petersburgo, después de que el gobierno de Donald Trump hiciera lo mismo con el consulado ruso en Seattle.

Rusia también anunció un llamado a una reunión de emergencia de la Organización Internacional de Armas Químicas (OPCW, por sus siglas en inglés) para el próximo martes.

Al mismo tiempo, Moscú convocó al embajador estadounidense en la capital rusa, en medio de una de las peores crisis diplomáticas de los últimos años entre Rusia y Occidente.

A comienzos de esta semana Estados Unidos expulsó al mismo número de diplomáticos rusos, sumándose a la decisión de casi 30 países -aliados de Reino Unido- de expulsar a más de 100 representantes del gobierno de Vladimir Putin.

El presidente ruso, Vladímir Putin, camina junto a Trump en noviembre de 2017.

Reuters
Washington había anunciado anteriormente la expulsión del mismo número de diplomáticos rusos.

A pesar de los desmentidos de Moscú, los países aliados de Reino Unido han aceptado la versión de Londres, que sostiene que el uso del agente nervioso militar contra el exespía y su hija fue "muy probablemente" obra del Estado ruso.

Además de la expulsión de los 60 diplomáticos estadounidenses, el canciller ruso advirtió que su gobierno planea expulsar a representantes de los demás países que se aliaron a Reino Unido.

Horas más tarde, Estados Unidos condenó el anuncio de Moscú.

"Con su lamentable e injustificada decisión, está claro que Rusia no está interesado en dialogar sobre los temas que nos interesan a los dos países", publicó en Twitter la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert.

"Rusia se está aislando aún más tras el descarado ataque químico en Reino Unido".

El Kremlin

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Rusia tiene lazos económicos importantes con la Unión Europea, lo cual puede hacer que las sanciones sean más efectivas.

Las víctimas del ataque fueron hospitalizadas de gravedad hace cuatro semanas, aunque Yulia Skripal ha mostrado signos de "rápida recuperación" según informaron el jueves los médicos.

Su padre, en cambio, permanece en una condición crítica pero estable.

La escalada diplomática

El conflicto diplomático comenzó a subir de tono cuando Reino Unido dijo que era "muy probable" que el Kremlin estuviera detrás del envenenamiento.

"Han tratado el uso de este agente nervioso de grado militar en Europa con sarcasmo, desprecio y desafío", dijo la primera ministra británica, Theresa May. a mediados de marzo.

El canciller ruso, Sergei Lavrov, calificó en ese momento las acusaciones de May como "dementes" y dijo que el gobierno británico no tenía evidencias para respaldar sus acusaciones.

Plaza Roja de Moscú

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Se trata de la crisis diplomática más seria de los últimos años entre Occidente y Rusia.

De ahí en adelante la controversia siguió aumentando hasta que el lunes de esta semana Estados Unidos y más de 20 países respaldaron a Londres y anunciaron decenas de expulsiones de diplomáticos rusos.

Frente a esa contundente reacción internacional, Rusia contraatacó el jueves anunciando sus propias expulsiones.

El envenenamiento

Sergei Skripal, de 66 años, y su hija Yulia, de 33, fueron encontrados el 4 de marzo en una condición grave en un parque de Salisbury, una localidad de más de 60.000 habitantes en el sur de Inglaterra.

Skripal había sido un doble agente que suministraba información a Reino Unido sobre las identidades de sus colegas de inteligencia rusos que trabajaban en secreto en Europa.

Sergei Skripal

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El envenenamiento del exespía ruso Sergei Skripal en Reino Unido volvió a encender las tensiones.

Tras ser descubierto por las autoridades de su país, fue condenado en 2006 a prisión y cuatro años después se convirtió en uno de los cuatro prisioneros liberados por Moscú en a cambio de 10 espías rusos arrestados por el FBI.

Desde entonces, vivía como refugiado en Inglaterra. Su hija había llegado de visita desde Rusia el día anterior al ataque.


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