Sabían que fue una erupción colosal y sabían que ocurrió hace más de 750 años. Lo que faltaba era identificar al volcán culpable.

Ahora, un grupo de científicos asegura haber encontrado la respuesta.

Los indicios de una violenta actividad volcánica ocurrida en el siglo XIII están en los textos medievales europeos que mencionan un enfriamiento repentino del clima y cosechas estropeadas.

Vista de la Isla de Lombok en Indonesia

Los científicos estudiaron el terreno de la isla de Lombok y lo compararon con información del hielo polar.

Pero además el misterioso evento fue tan grande que sus rastros químicos llegaron hasta los polos y quedaron grabados en el hielo de la Antártica y del Ártico.

Tras años de pesquisas, un equipo internacional de investigadores señala al volcán Samalas en las isla Lombok, en Indonesia, como el responsable de aquella poderosa erupción.

Poco queda de la estructura original de la montaña: sólo un enorme lago en lo que fue su cráter.

Los rastros del sospechoso

En su trabajo, los científicos relacionaron restos de azufre y polvo del hielo polar con la información recogida en la misma región de Lombok.

Allí analizaron el tipo y el alcance de las rocas y cenizas expulsadas, los anillos de los árboles, utilizaron la técnica de datación radiocarbónica y también estudiaron las crónicas locales que recuerdan la caída del Reino de Lombok en algún momento del siglo XIII.

"Las evidencias son firmes y muy convincentes", dice Clive Oppenheimer, uno de los investigadores de la Universidad de Cambridge en Reino Unido, en conversación con la BBC.

"Llevamos adelante algo similar a una investigación criminal", añade su colega Franck Lavigne, de la Universidad Pantheon-Sorbone, en Francia.

"No sabíamos quién era el culpable, pero teníamos el momento del crimen y las huellas geoquímicas en las muestras de hielo, y eso nos permitió rastrear al volcán responsable".

La erupción de 1257 había sido vinculada a volcanes de México, Ecuador y Nueva Zelanda. Pero estos "sospechosos" no coincidían en la datación o en la comparación geoquímica.

Erupción global

El estudio sobre Lombok sugiere que el volcán pudo haber lanzado hasta 40 kilómetros cúbicos de rocas y cenizas, y que el material más ligero de la nube de humo pudo haber llegado a los 40 kilómetros hacia el cielo.

Debe haber sido así de poderoso, dicen los científicos, para lograr que el material expulsado se trasladara por todo el planeta en las cantidades que se encontraron en las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida.

El impacto en el clima debe haber sido significativo.

Los escritos medievales describen unas condiciones climáticas atroces en el siguiente verano de 1258. Llovió constantemente, hizo frío, hubo inundaciones.

En comparación con erupciones más recientes, la de Samalas fue al menos tan grande como la de Tambora (1815) y Krakatoa (1883), creen los investigadores.

La información contenida en el hielo polar aún guarda indicios de otro evento colosal ocurrido alrededor de 1809, pero, como el caso de Samalas, es difícil encontrar el volcán que lo causó.

"Es notable que no hayamos encontrado evidencias de esto. ¿Dónde puedes esconder en el planeta malas noticias como estas?", dice Oppenheimer, cuyo estudio sobre el volcán Samalas publica la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (PNAS, por sus siglas en inglés).