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El gobierno de Dilma Rousseff comenzó a sufrir fracturas con la renuncia de un ministro del partido de coalición.

El ministro de Turismo de Brasil, Henrique Eduardo Alves, presentó su renuncia este lunes, en una decisión que aumenta la presión sobre el asediado gobierno de Dilma Rousseff.

Los legisladores de oposición quieren destituir a Rousseff acusándola de manipular el presupuesto para ocultar el creciente déficit económico.

Los aliados de Rousseff en la coalición gobernante, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), votarán este martes sobre la permanencia en el gobierno, indicaron legisladores.

Alves se convirtió en el primer miembro del PMDB en retirarse del gobierno.

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Los brasileños han protagonizado protestas masivas pidiendo la renuncia y enjuiciamiento de Rousseff.

Algunos diputados declararon que la mayoría de los miembros del partido han decidido abandonar la coalición.

"El martes vamos a salir de este gobierno", dijo el senador Valdir Raupp a Reuters.

El PMDB está encabezado por Michel Temer, el segundo de Rousseff, quien se convertiría en presidente si Rouseff fuera destituida.

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Si el PMDB se retira del gobierno, Rousseff podría quedar en una posición frágil que favorecería su destitución.

La pérdida de apoyo de los 69 diputados de ese partido podría tener consecuencias para un juicio político contra la mandataria, que necesita el voto de un tercio de los 513 miembros de la cámara baja del Congreso para evitar ese proceso judicial.

Rousseff comenzó su segundo mandato hace 14 meses pero su popularidad se ha desplomado en medio de acusaciones de corrupción a altos miembros de su Partido de los Trabajadores.

El presidente de la cámara baja del Congreso, Eduardo Cunha, accedió en diciembre a abrir un proceso de destitución en su contra.

Decenas de miles de personas han protestado a lo largo y ancho de Brasil pidiendo la renuncia y enjuiciamiento de Rousseff, pero la mandataria ha reiterado que no cederá a esas presiones.