La escalada de tensiones entre Reino Unido y Rusia parece lejos de terminar.
Después de una semana de acusaciones y reproches luego que el gobierno británico calificara de "muy probable" que el Kremlin estuviera detrás del envenenamiento del exespía ruso Serguei Skripal y su hija, la relación entre Londres y Moscú sigue deteriorándose con el caso de una misteriosa muerte.
La policía británica anunció este viernes que inició una "investigación de asesinato" tras el fallecimiento a inicios de semana del empresario ruso Nikolai Glushkov, considerado como "enemigo de Rusia" por el Kremlin.
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Glushkov, amigo del también fallecido oligarca ruso Boris Berezovsky, fue encontrado muerto en la noche del lunes en su casa de Londres.
Aunque en ese momento las autoridades indicaron que las causas de la muerte eran "inexplicables", en el informe difundido este viernes aseguran que el disidente ruso murió por "compresión en el cuello".
El Comando de Lucha contra el Terrorismo de la Policía Metropolitana, que lleva la investigación desde el principio, anunció que ahora está tratando la muerte como un "asesinato".
No obstante, recalcaron que, hasta el momento, no hay pruebas que relacionen la muerte con los incidentes en los que Skripal y su hija fueron envenenados.
El anuncio de la investigación por asesinato tiene lugar el mismo día que el jefe de la diplomacia británica, Boris Johnson, asegura que era "abrumadoramente probable" que el mismo presidente ruso, Vladimir Putin, hubiera autorizado personalmente el envenenamiento de Skripal y su hija.
Rusia negó cualquier implicación con el envenenamiento del exespía y consideró que se trataba de una campaña de información contra su gobierno. Asimismo, pidió una prueba del agente nervioso que Londres le atribuye.
Tras las declaraciones de Johnson este viernes, el Kremlin calificó las acusaciones de "imperdonables".
Reino Unido anunció el jueves la expulsión de 23 diplomáticos rusos de la embajada de Londres, mientras Moscú aseguró que tomaría represalias.
Quién era Nikolai Glushkov
En la década de 1990, Glushkov trabajó para la aerolínea estatal Aeroflot y la compañía de automóviles LogoVAZ de Berezovsky.
En 1999, cuando el magnate se enemistó con Vladimir Putin y huyó a Reino Unido, Glushkov fue acusado de lavado de dinero y fraude.
Pasó cinco años en la cárcel y salió en 2004.
Desde entonces vivió en Londres, donde se destacó por sus actividades disidentes en contra de Putin junto a Berezovsky y al exespía Alexander Litvinenko, envenenado en 2006, presuntamente por Rusia según una investigación británica.
Berezovski sufrió un intento de asesinato en 1994 y murió en 2013 supuestamente ahorcado.
En ese entonces, Glushkov aseguró en entrevista con The Guardian que era "extremadamente escéptico" acerca de la causa de la muerte de su amigo y se mostró alarmado por la cantidad de exiliados rusos que habían muerto en circunstancias misteriosas.
El Kremlin ha negado sistemáticamente su implicación en la muerte de exiliados rusos en Reino Unido.