No parece estar satisfecho. Aunque fue proclamado como ganador de las elecciones del pasado 8 de noviembre y la semana pasada asumió la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump sigue inconforme con los resultados de los comicios.
El nuevo mandatario estadounidense anunció este miércoles que solicitará una investigación sobre un presunto fraude electoral ocurrido en las presidenciales.
En un mensaje publicado este miércoles en su cuenta de Twitter, Trump señaló que se indagará sobre si hubo electores registrados para sufragar en dos estados, votantes ilegales y difuntos que aún aparecen habilitados para votar.
El anuncio de la investigación se produjo poco después de que reportes de prensa dijeran que el mandatario había asegurado en una reunión a puerta cerrada el lunes que había habido entre 3 millones y 5 millones de votos ilegales que fueron a parar a su rival electoral, Hillary Clinton.
La candidata presidencial demócrata logró 2,86 millones de votos más que él, pero no logró acceder a la presidencia porque Trump logró imponerse en estados clave y acumuló mayor número de apoyos en el colegio electoral.
Pero, Trump quedó inconforme con los resultados.
"Yo gané el voto popular si restas los millones de personas que votaron ilegalmente", había asegurado el actual mandatario en un mensaje publicado en su cuenta en Twitter a finales de noviembre.
Pero, ¿es posible que haya habido un fraude masivo en las elecciones presidenciales en Estados Unidos?
"Cero evidencias"
Las denuncias no sustentadas hasta ahora sobre un fraude en las elecciones de noviembre fueron iniciadas por Gregg Phillips, un conservador que declara ser un experto en fraudes electorales, quien escrib ió en Twitter: "El número de no ciudadanos que votaron supera los 3 millones".
Su mensaje fue replicado por varias páginas web de derecha como Infowars.com.
Sin embargo, la página web dedicada a verificación de datos Snopes.com señaló que hay "cero evidencias" de que "ciudadanos ilegales" votaron en la elección.
"No lo crean", replicó la web Politifact, que también comprueba la veracidad de las informaciones, destacando que las investigaciones existentes señalan que entre el año 2000 y 2011 hubo apenas 56 casos de extranjeros que votaron en Estados Unidos.
De igual modo, un estudio del Centro de Investigaciones Pew realizado en 2012 encontró que había millones de registros de votantes inválidos debido a que las personas se habían mudado o habían muerto, pero que no había "ninguna evidencia" de fraude.
Por su parte, la Asociación Nacional de Secretarios de Estado, que reúne a los funcionarios responsables de la realización de los procesos electorales en cada estado, aseguró tener confianza en "la integridad sistémica de nuestro proceso electoral" y dijo no tener conocimiento de ninguna evidencia relacionada con las denuncias de Trump.
Posible, pero improbable
En Estados Unidos, los extranjeros -incluidos aquellos que tienen permiso de residencia permanente- no disfrutan del derecho al voto en las elecciones presidenciales.
El proceso de inscripción de los electores exige que estos informen sobre su nacionalidad y las leyes establecen castigos penales para quienes falsamente asuman este derecho reservado para los estadounidenses.
En dos tercios de los estados, además, los votantes registrados deben presentar una identificación válida antes de ejercer su derecho al voto; mientras que en todos los estados se exige a quienes se inscriben por primera vez para votar que presenten esta documentación.
Así, aunque no es imposible para los extranjeros violar las leyes electorales, no hay evidencia de que millones de inmigrantes hayan ejercido el voto logrando influenciar el resultado del voto popular.
La posibilidad de que haya ocurrido un fraude masivo fue desechada incluso por varios congresistas republicanos.
El senador Lindsey Graham calificó los comentarios de Trump como "inapropiados" y le recomendó terminar con ese asunto.
Agregó que el mandatario "parece estar obsesionado con la idea de que él no pudo haber perdido en el voto popular sin que hubiera habido trampa".
Charlie Dent, un congresista republicano por el estado de Pennsylvania, dijo que Trump necesitaba seguir adelante y "dedicarse al grave asunto de gobernar".