Se ha mantenido en un segundo plano desde que estalló la guerra en su país en 2011.

Pero ahora, Asma al Asad, primera dama de Siria, causó polémica por defender el régimen de su esposo, Bashar al Asad.

Hace unos días Asma publicó en sus redes sociales un comunicado de la presidencia de Siria criticando el ataque con misiles de EE.UU. contra una base aérea de la nación árabe.

Este fue autorizado por el presidente Donald Trump en respuesta al presunto ataque químico llevado a cabo por el ejército sirio el pasado 4 de abril en Khan Sheikhoun, un pueblo controlado por los rebeldes.

"Lo que EE.UU. ha hecho es un acto irresponsable que sólo refleja miopía, un horizonte estrecho, una ceguera política y militar ante la realidad y una búsqueda ingenua de (hacer) una campaña frenética de propaganda falsa", dice el mensaje difundido en las cuentas de Instagram y Facebook (no verificadas) de Asma al Asad.

Como resultado, el partido Liberal Demócrata de Reino Unido le pidió a la ministra británica del Interior, Amber Rudd, que le quite la ciudadanía británica a Asma al Asad, nacida en ese país.

Bashar al Assad.

Reuters
En una entrevista con AFP, el presidente sirio, Bashar al Asad, aseguró que los reportes de que fuerzas gubernamentales sirias llevaron a cabo el ataque químico son una "invención al 100%"

Además, en un artículo de opinión publicado en el diario The Guardian, el parlamentario Nadhim Zahawi, del Partido Conservador, dijo:

"Asma al Asad ya no es digna de la ciudadanía británica. No lo es cuando ha utilizado las redes sociales para defender a su esposo, negar su uso de armas químicas y atacar a Occidente, mientras retrata como felizmente normal la vida en un país devastado por la guerra".

Esta no es la primera vez que Asma al Assad causa polémica. En octubre de 2016, decidió hablar al mundo en una entrevista en la que dejó en claro que no saldrá de Siria y que se mantendrá al lado de su esposo.

"Estoy con él porque mis convicciones así me lo dictan"

"He estado aquí desde el inicio y nunca he pensado en irme a otra parte en absoluto", dijo Asma al Asad en la entrevista con el canal de televisión ruso Rossiya 24.

Y agregó que había rechazado "ofertas" para salir de la nación azotada por una guerra civil de seis años.

"Sí, me ofrecieron la oportunidad de salir de Siria o, más bien, de huir de Siria. Estas ofertas incluían garantías de seguridad y protección para mis hijos e incluso seguridad financiera", declaró.

Dijo que quienes habían hecho la oferta estaban tratando de socavar la presidencia de su esposo.

"No se requiere ser un genio para saber qué es lo que busca esta gente. Nunca se trató de mi bienestar ni del bienestar de mis hijos. Fue un intento deliberado de destruir la confianza de la gente en su presidente", dijo Al Asad.

Y cuando se le preguntó porqué prefería quedarse en Damasco, aseguró: "No se trata de una cuestión de preferencia. Estoy con él porque mis convicciones así me lo dictan".

Asma al Assad

AFP
Asma nació en Londres donde estudió en el King’s College y trabajó como banquera en la City.

Exbanquera británica

Esa fue la primera vez en ocho años que la señora Asad dio una entrevista en la televisión.

Al inicio de la guerra, en 2011, la madre de los tres hijos del presidente Al Asad estuvo presente en los medios con una serie de intervenciones en las que apoyaba a su esposo, cuyo régimen ha sido acusado de matar a miles de manifestantes y opositores durante el conflicto.

Hoy, seis años después, está presente principalmente en las redes sociales, donde mantiene páginas llenas de fotografías de sus reuniones con huérfanos y sus visitas a clínicas y hospitales.

Es un ambiente muy diferente del de Acton, en el oeste de Londres, donde nació y creció con el nombre de Asma Akhras, en una familia de ascendencia siria.

Su padre, Fawaz Akhras, era cardiólogo y practicaba la medicina en una clínica privada. Su madre Sahar, era diplomática y había trabajado como primera secretaria en la embajada siria en Londres.

Asma y Bahsar al Asad

AFP
Los Asad se casaron en 2000 después de conocerse en Londres, donde Bashar estudiaba.

Asma, quien es musulmana sunita, asistió a un colegio privado para niñas, el Queen’s College, posteriormente estudió informática en King’s College, donde se graduó en 1996, y después emprendió una carrera como banquera en la "City", el centro financiero de Londres.

Allí conoció a su esposo. Bashar se había graduado de medicina en Damasco y estaba en la capital británica estudiando una especialización de oftalmología.

El "nuevo rostro" de Siria

Cuando en junio de 2000 murió el presidente Hafez al Asad, que había gobernado el país desde 1971, Bashar, su hijo, asumió la presidencia.

En noviembre de ese año Asma viajó a Siria para casarse con con Bashar en una boda que sorprendió a muchos ya que no se habían conocido informes sobre su relación ni su noviazgo.

Muchos pensaron entonces que el matrimonio con una británica -y musulmana sunita- podría ser un signo de progreso e integración y que alentaría las reformas en un país de mayoría sunita que estaba gobernado por los alauitas de la familia Al Asad.

Pero tal como explica Kim Ghattas, quien fue corresponsal de la BBC en Medio Oriente, con el paso de los años quedó claro que Bashar era igual a su padre, "un líder duro que aparentaba ser reformista".

"En sus intentos para proyectar la imagen de un líder occidentalizado, Al Asad recibió ayuda de Asma, su bella esposa siria criada en Londres", explica Ghattas.

"Una fuente anónima de la familia sugirió que Al Asad se casó con Asma sabiendo que ella sería muy valiosa para mostrar un rostro moderno en Siria".

Los Asad incluso buscaron la ayuda de una compañía de relaciones públicas británica, Bell Pottinger, para promover la imagen de Asma -y de Siria- en el escenario internacional.

Sin embargo, dice Kim Ghattas, "la forma como Asma abordó su papel de primera dama causó tensiones dentro de la familia Al Asad, particularmente con la hermana del presidente, Bourshra y con su madre, Anisseh, a quienes no les importaban mucho las relaciones públicas".

"Rosa en el desierto"

Los esfuerzos produjeron cierto éxito.

En febrero de 2011, sólo meses antes de estallar la guerra civil que ha dejado a Siria destruida, la revista de moda Vogue publicó un perfil de la primera dama siria de 3.200 palabras titulado: "Una rosa en el desierto".

Asma y Bashar al Asad

Reuters
La Unión Europea impuso sanciones contra Asma, prohibiéndole viajar y congelando sus bienes.

En este describía a Asma como "la más original, magnética y glamurosa de las primeras damas" y afirmaba que Siria "es el país más seguro de Medio Oriente".

Pero ese año, en el que ya habían comenzado los disturbios en el país y los informes de represión del régimen de Al Asad, la comunidad internacional comenzó a ver a la primera dama siria bajo otra luz.

Poco después de que apareciera el perfil en Vogue, el New York Times informó que el artículo había sido parte de una campaña del régimen de Asad, que incluía el pago de US$5.000 mensuales a una firma de relaciones públicas estadounidense que había actuado de intermediaria entre Vogue y Asma al Asad.

El artículo fue retirado del portal web de Vogue poco después. Y la directora de la publicación, Anna Wintour, emitió una declaración condenando al régimen de Asad.

Con la guerra las cosas cambiaron rápidamente y Asma ha mantenido un perfil bajo, a pesar de que sus redes sociales muestran una vida activa sirviendo como primera dama.

Asma en una reunión en París en 2016

AFP
Asma declaró que se mantendrá en Siria apoyando a su esposo.

En 2012 la Unión Europea impuso sanciones a Asma, prohibiéndole viajar y congelando sus bienes. Aunque, según funcionarios británicos, la prohibición no incluye viajar a Reino Unido porque es ciudadana británica.

Desde 2006, el ministro del Interior británico puede ordenar privar a alguien nacido en Reino Unido de su ciudadanía si está "convencido de que la privación es propicia para el bien público".

Asma ha emitido varias declaraciones apoyando a su esposo y asegurando que se dedica a "consolar" a las "víctimas de la violencia".

En su entrevista con la televisión rusa de octubre del año pasado, Asma dijo que estaba utilizando su posición "para organizar ayuda para los desplazados y heridos, para los soldados sirios y las familias de los 'mártires' que han muerto en la guerra".

Bashar al Asad ha reiterado que no tiene intenciones de dejar su cargo. Y Asma, tal como lo dejó claro en esa entrevista, seguirá a su lado.

*Este artículo fue publicado originalmente el 20 de octubre de 2016 y actualizado a raíz de la petición de quitarle la ciudadanía británica a Asma al Asad.