Cuando Marine Le Pen apareció en el Kremlin el pasado 24 de marzo, fue el propio Vladimir Putin quien dio voz al pensamiento que seguramente estaba en la mente de muchas personas.
"Sé que la campaña presidencial se está desarrollando activamente en Francia", dijo el presidente ruso, añadiendo: "Por supuesto, no queremos influir en los acontecimientos de ninguna manera".
El presidente ruso parecía estar reprimiendo una sonrisa mientras decía esas palabras. La candidata Marine Le Pen se veía imperturbable.
Ella reiteró su apoyo a la anexión de Crimea por Moscú y su oposición a las sanciones impuestas posteriormente por la Unión Europea. Si resultaba elegida al Palacio del Elíseo, prometió: "Imagino que yo levantaría las sanciones con bastante rapidez".
Así que la reunión fue una victoria para ambos. Madame Le Pen proyectó una imagen de líder internacional lista para entrar a escena; Putin recibió garantías de una mujer que podría convertirse en presidenta de Francia y que, como él, se opone a la UE y a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
"Misión Imposible"
Pero hay más en la relación entre Putin y Le Pen que la convergencia ideológica. Debido al pasado racista y antisemita del Frente Nacional, los bancos franceses se han negado a prestar dinero al partido.
Así que Marine Le Pen se ha visto obligada a buscar financiación en otras partes.
En 2014, el Frente Nacional tomó préstamos rusos por valor de US$13,8 millones. Uno de ellos, de US$9,6 millones, provino de un pequeño banco, First Czech Russian Bank, con vínculos con el Kremlin.
El préstamo fue negociado por Jean-Luc Schaffhauser, un consultor energético convertido en miembro del parlamento europeo, que se ha llamado a sí mismo "Míster Misión Imposible".
Cuando lo conocí en Estrasburgo, me dijo que inicialmente había conseguido un acuerdo con una institución financiera en Abu Dabi, pero el negocio no prosperó.
Incluso se acercó a un prestamista potencial en Irán, pero Marine Le Pen vetó la idea, dijo. Finalmente, fue a Rusia.
Crimea
Las negociaciones sobre el préstamo coincidieron con la anexión de Crimea por parte de Rusia. Hecho que los gobiernos de la UE condenaron y sobre el que Marine Le Pen mostró públicamente la opinión opuesta, llevando a algunos a cuestionar si los préstamos eran un quid pro quo.
Schaffhauser negó que él y Le Pen alguna vez hubieran discutido la cuestión de Crimea en relación con el préstamo.
"Marine Le Pen siempre, y (su padre) Jean-Marie antes, estuvieron a favor de la cooperación con Rusia", dijo. "No era un préstamo político, era un préstamo comercial".
Pero Rusia sí quería utilizar a Le Pen para legitimar sus acciones en Crimea.
Sabemos esto porque un grupo de hackers rusos, conocido como Shaltai Boltai, publicó una serie de mensajes de texto que se dice ocurrieron entre un funcionario del Kremlin y un diputado ruso.
Los intercambios, que tuvieron lugar a mediados de marzo de 2014, muestran a los dos discutiendo la posibilidad de que Marine Le Pen viaje a Crimea como observador en el referéndum que conduciría a la anexión de Crimea.
"Realmente necesitamos esto, le dije a mi jefe que estabas en contacto con ella", dice el funcionario del Kremlin.
Respeto
Marine Le Pen no fue a Crimea. En cambio, apoyó públicamente los resultados del referéndum, hecho que alegró al funcionario del Kremlin y al diputado.
"Ella no nos decepcionó", dice un texto, seguido de una cara sonriente.
"Debemos encontrar alguna forma de demostrar nuestro respeto a los franceses", responde.
Algunos creen que el préstamo de US$9,6 millones, que se hizo más tarde ese año, fue en realidad una recompensa por el apoyo de Le Pen sobre Crimea.
"Para mí, no hay duda de que fue autorizado por el Kremlin", dijo Mikhail Kasyanov, quien era primer ministro bajo Vladimir Putin antes de unirse a la oposición.
"Fue una operación especial, una recomendación especial de esos empresarios, para ayudar a Marine Le Pen".
El Kremlin me dijo que no tenían nada que ver con los préstamos, y que Putin y Marine Le Pen nunca se habían reunido antes de la visita a Moscú en marzo de 2017. Marine Le Pen se hizo eco de eso.
Pero escuché algo diferente, y de una muy buena fuente.
En febrero, conocí al padre de Marine, Jean-Marie Le Pen, fundador del Frente Nacional, en su mansión en las afueras de París. En su escritorio, me mostró un calendario que representaba a Vladimir Putin en varias poses militares.
"Ya veo, ese es su amigo", bromeé.
"No es mi amigo -dijo-, nunca lo he conocido, pero él se ha encontrado con Marine".
El señor Le Pen no tenía claridad sobre los detalles exactos de la reunión. Pero esta conversación tuvo lugar antes de la reunión pública en el Kremlin en marzo.
Secreto
Jean-Marie Le Pen y su hija no están en buenos términos. Ella lo expulsó del Frente Nacional en 2015 en un intento por distanciarse de su reputación racista y antisemita.
Pero otras personas cercanas a Marine Le Pen también me dijeron que ella había afirmado haber conocido previamente a Putin. Alguien está mintiendo. ¿Pero quién? ¿Y por qué?
Cuando le pregunté a Jean-Luc Schaffhauser sobre la reunión anterior, dijo simplemente: "Esto es un secreto, hay pequeños secretos, y este secreto".
Marine Le Pen sostiene que nunca ha sido influenciada por el dinero ruso. Pero la semana pasada se reveló que el Frente Nacional había solicitado otro préstamo ruso en 2016.
En medio de los temores sobre la injerencia rusa en elecciones desde Europa a Estados Unidos, el misterio de su relación con Vladimir Putin proyecta una sombra sobre su campaña.